Una propuesta de trabajo: caminar colectivamente la esperanza

Àlex Guillamón

En el Boletín 69 Entrepueblos pudimos leer visiones y vivencias de la trayectoria de nuestra organización en estos treinta años desde su nacimiento, incluso algunas de la década anterior, de sus precedentes en el movimiento de solidaridad con América Latina. Pero ¿cuál puede ser el papel, la utilidad y, por lo tanto, el futuro de una organización como Entrepueblos a las puertas de la tercera década del siglo XXI?

La respuesta a esta pregunta será forzosamente el resultado de dos factores: las capacidades y limitaciones que heredamos de nuestra trayectoria, y el contexto en el que deberemos seguir actuando con dichas capacidades y limitaciones. Ambas cosas rebasan con creces las dimensiones de este artículo, pero vamos a tratar de hacer algunos apuntes.

Un contexto de crisis global

Lo más relevante que podemos decir sobre el contexto en que nos encontramos es que se trata de una crisis sistémica global, una crisis civilizatoria. Hay quien limita sus alcances calificándola como crisis del sistema, o del capitalismo, pero, éste es un planteamiento parcial, ya que no son las clases más poderosas precisamente quienes están padeciendo sus consecuencias. Como dijo en su célebre frase el potentado Warren Buffet, a sus 84 años, “Hay una guerra de clases, y es la mía la que va ganando”. Ciertamente… y aunque ello suponga socavar las mismas bases ecológicas y sociales de la sociedad humana.

En verano de 2014 centenares de activistas sociales, entre ellas líderes recién incorporadas entonces a la “nueva política”, firmaron el manifiesto “Última llamada”, hoy, por desgracia, bastante caído en el olvido. En él se caracterizaba parte del significado de esta crisis:

“Estamos atrapados en la dinámica perversa de una civilización que si no crece no funciona, y si crece destruye las bases naturales que la hacen posible. Nuestra cultura, tecnólatra y mercadólatra, olvida que somos, de raíz, dependientes de los ecosistemas e interdependientes” (…) “Necesitamos construir una nueva civilización capaz de asegurar una vida digna a una enorme población humana, aún creciente, que habita un mundo de recursos menguantes” (…) “Pero esta Gran Transformación se topa con dos obstáculos titánicos: la inercia del modo de vida capitalista y los intereses de los grupos privilegiados (…) necesitamos una ruptura política profunda con la hegemonía vigente, y una economía que tenga como fin la satisfacción de necesidades sociales dentro de los límites que impone la biosfera, y no el incremento del beneficio privado”.

Un buen diagnóstico sino fuera porque en ninguna parte mencionaba un concepto fundamental que confiere su verdadera dimensión a la crisis de la que estamos hablando: este modo de vida capitalista al que alude es en realidad el modo de vida del patriarcado capitalista.

En palabras de Amaia Orozco(i), se trata de una crisis que va mucho más lejos de la crisis económica y financiera, “una profunda crisis multidimensional para referirnos, al menos, a tres cuestiones: a la crisis ecológica, a la crisis de reproducción social y a la crisis de los cuidados. La crisis ecológica abarca diversas dimensiones interconectadas: cambio climático, agotamiento de los recursos naturales, y colapso de la biodiversidad. Por crisis de reproducción social nos referimos a que el conjunto de expectativas de reproducción material y emocional de las personas resulta inalcanzable, pudiendo, a menudo, derivar lisa y llanamente en muerte, como ocurre con la crisis alimentaria. La noción de crisis de los cuidados afecta a una dimensión concreta de dichas expectativas de reproducción: los cuidados, implicando que los arreglos del cuidado son insatisfactorios, insuficientes, precarios y no libremente elegidos.”

A ello habría que añadir también la diferente forma en que impactan estas crisis en los diferentes pueblos y clases sociales, para el Norte global y el Sur global, como señalaba uno de los informes del Worldwatch Institute, “más de 1.700 millones de habitantes del planeta conforman la categoría global de la «clase consumidora». En el reverso de la moneda figuran los 2.800 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares al día” (…) “en este siglo, el apetito consumidor sin precedentes destruye los sistemas naturales de los que todos dependemos y hace aún más difícil que los pobres satisfagan sus necesidades básicas”.

Uno de los objetivos principales del manifiesto “Última Llamada” era influir y comprometer a la gente que en aquel momento se estaba incorporando a la política desde las nuevas plataformas ciudadanas acerca de la necesidad de que estos temas estuvieran en primer plano de sus agendas en caso de que accedieran a cargos electos. Desgraciadamente, sin entrar en los motivos, a la vista está que ésta sigue siendo una asignatura pendiente. Lo urgente a corto plazo sigue pasando por encima de lo más importante.

Es muy grave que a estas alturas del siglo las instituciones políticas y gobiernos sigan sin afrontar los compromisos políticos que demanda la crisis global en tantos ámbitos, pero es aún mucho más grave que desde la sociedad no les llegue una demanda atronadora al respecto. Y es que el principal obstáculo para que podamos hacer frente a retos como el cambio climático, la crisis energética, ecológica, o alimentaria, la extrema desigualdad, la crisis de los cuidados y la reproducción de la vida, física y social, no es tanto la falta de alternativas, como la falta de empoderamiento social frente a quienes dominan la economía y la política global: frente a las grandes empresas transnacionales y a las instituciones cooptadas por ellas.

¿Cómo es posible, por poner sólo un ejemplo, que a estas alturas del siglo XXI aún no se haya demandado a ningún gobierno o empresa energética responsables de lucrarse mediante el más grave crimen contra la Humanidad que supone y supondrá el cambio climático para centenares de millones de personas?…

Más allá de nuestras limitaciones. Alternativas desde el trabajo en red

Hoy, pues, no se nos ocurre ninguna misión más importante que hacer frente a este contexto. Y, a la vez, a nadie se le escapa que ésta es una tarea inmensamente mayor a las capacidades de una modestísima organización como la nuestra, compuesta por un colectivo de activistas sociales, una mínima estructura técnica, varios centenares de socias y socias que la apoyan, y, eso sí, una amplia red de vínculos de solidaridad con movimientos y organizaciones de nuestro país y de Abya Yala/América Latina.

Creemos que una de las claves está en, sin dejar de construir y mimar estos activos, mirar más allá. Tomar perspectiva y saber ver a Entrepueblos como una estrella que forma parte de una gran constelación social de colectivos con diferentes causas de transformación social, que se crean, se transforman, se acercan (y a veces de alejan), que alumbran movimientos sociales, que se interconectan con movimientos internacionales, que resisten y aportan experiencias y alternativas frente a las diferentes dimensiones de la crisis global.

Es esta constelación la que, en determinados momentos y en determinadas condiciones, puede reunir y organizar capacidades más significativas de trasformación social. Un ejemplo de ello lo hemos visto recientemente, con la huelga feminista, un movimiento surgido de una iniciativa del movimiento argentino “vivas nos queremos”, en tan sólo un año se ha globalizado y popularizado a través de las redes del internacionalismo feminista.

Por tanto, creemos importante saber trascender nuestras limitaciones con esta acción consciente en red, sentir como nuestra también esta identidad más amplia, intentar cooperar en su construcción y articulación desde nuestros valores y nuestras modestas capacidades. Apostamos por la cooperación, por la construcción y el cuidado de los espacios comunes, por alimentar la empatía, por la capacidad de gestionar las diferencias, por los liderazgos colectivos, incluyentes y feministas. Siempre hemos defendido que no se puede querer luchar contra el poder de las multinacionales y empeñarse en hacerlo a través de sus valores: la competencia o los protagonismos compulsivos más o menos disimulados, el cultivo de los micro-poderes o el desarrollo de las organizaciones como marcas.

En estos 30 años siempre hemos defendido la necesidad de incidencia política a la vez que la autonomía de los movimientos sociales en los que hemos participado o con los que hemos cooperado, tanto ante a las organizaciones políticas como ante las instituciones públicas, incluidas las que en algún momento podamos sentir como más cercanas.

“Podemos y debemos contribuir a reparar los “cortocircuitos” que el sistema produce en la solidaridad internacional, en la conciencia sobre la dimensión internacional de las causas, los efectos y las posibles alternativas de la crisis multidimensional que estamos viviendo.

Por eso es posible y necesario un abordaje multidimensional que integre los mecanismos de explotación, dominación y dependencia tanto en lo que respecta a los ámbitos de satisfacción de las necesidades sociales materiales, como a los ámbitos de la socialización y el cuidado entre las personas. Y que integre también la construcción de propuestas alternativas trenzando las fuerzas de emancipación. En todo esto también se requiere un análisis intercultural y el rescate de experiencias surgidas de otros pueblos y latitudes, no para copiar, sino para enriquecer nuestro propio camino hacia lo que los movimientos sociales en América Latina/Abya Yala, desde diferentes matrices culturales, denominan el “sumak kausay” (con-vivir plenamente) o el “post-desarrollo”(ii).

Compromiso social para rescatar la esperanza

Como decía Ramón Panikkar, no hay ninguna certeza de que otro mundo sea posible, pero sí la hay completa de que este es imposible. Para la gran transformación que necesitamos no basta con la liquidez de los “likes”, ni con seguir “tendencias”, ni con el márquetin social. No se trata de adaptarse a las pautas y modas de la cultura dominante, tampoco de desconocerlas, sino de transformarlas y de construir esa “contracultura” que se reivindicaba en Paris hace ahora 50 años. Se trata de la acción “en vivo”, localizada, en las calles, en los centros de trabajo, en los barrios y también en nuestras casas. Si, por muy “antiguo” que suene, se trata de la acción encarnada en el “aquí, en el ahora y en la colectividad”.

Acto contra la minería en la Cordillera del Cóndor, Ecuador

Se lo hemos escuchado al pueblo indígena nasa, de Colombia: “la palabra sin acción es vacía. La acción sin la palabra es ciega. La acción y la palabra sin el espíritu de la comunidad son la muerte”. También lo podemos decir en palabras de la filósofa Marina Garcés: “el compromiso es nuestra condición fundamental, nuestra forma de estar en la vida. Siempre estamos comprometidos en situaciones comunes, en todos los niveles: biológico, social, político (…). Desvincularnos de estos compromisos, romper los lazos con la condición común de la vida como problema, es cometer un acto de violencia. Comprometerse es una toma de conciencia, sí, pero no implica un posicionamiento mental, sino un posicionamiento con el cuerpo, con la vida, con los afectos”(iii).

Entrepueblos seguirá practicando y promoviendo esta concepción del compromiso social. Retejiendo la desconexión que nos impone la cultura del poder patriarcal, capitalista y neocolonial. Un compromiso “bifocal”, es decir, arraigado en lo local y, a la vez, internacionalista.

Frente a los abrumadores retos que supone este contexto de crisis global y, sobre todo, ante los poderes a los que nos enfrentamos, evocamos las palabras de Gustavo Esteva, uno de los fundadores de la Universidad de la Tierra de Oaxaca: “Esperanza es algo distinto de optimismo: no es un mero estado de ánimo. (…) Es eso lo que tenemos que recuperar: la esperanza de que por nuestra propia acción, desde abajo, en nuestras relaciones directas, acabando con las relaciones crueles y autoritarias en las que estamos envueltos, podemos, primero, detener el horror construyendo algo nuevo, y, segundo, caminar esos nuevos caminos en otra dirección”(iv).

A caminar colectivamente y a sentipensar esta esperanza nos auto-convocamos y os convocamos a los cientos de personas y a los muchos colectivos que, tanto desde aquí como desde Abya Yala/América Latina, nos han acompañado durante estos años y nos queremos seguir acompañando.

 

(i)De vidas vivibles y producción imposible, Amaia Orozco, en “No dejes el futuro en sus manos”, Entrepueblos, Barcelona 2012.
(ii)No dejes el futuro en sus manos. Cooperación solidaria ante la crisis del capitalismo global, Entrepueblos, Barcelona 2012.
(iii)La Ciudad siempre Ha sido refigio, entrevista a Marina Garcés, Barcelona Metrópolis, Barcelona 2015.
(iv)Es importante recuperar la esperanza como una fuerza social, entrevista a Gustavo Esteva en la revista Magis, Guadalajara (México) 2015.

9 Seguimos tecendo redes de feminismos internacionalistas

Montse Benito (Comisión de feminismos)

Vimos de lonxe,
temos unha longa historia feminista,
e un percorrido de moitos 8 de marzo
tomando a rúa, a praza, a palabra co propósito
de subvertir a orde do mundo
e o discurso heteropatriarcal,
racista e neoliberal.

(http://www.feministas.org/convocatorias-8-de-marzo-2018-dia.html)

 

Escribo estas liñas para publicar neste boletín de conmemoración do 30 aniversario de Entrepueblos-Entrepueblos-Entrepobos-Herriarte coa necesidade de transmitir unha forte convición que mantivemos dende os nosos inicios, a capacidade de transformación social dos movementos feministas, movementos feministas transgresores coas relacións de poder capitalista e hétero-patriarcal nos diferentes países e culturas. Uns movementos feministas que, a partir da experiencia máis colectiva vivida neste século xxi de «crise global»,  empezaron a falar dende outros ámbitos da complexida de e desafíos do que podemos denominar «conflito capital vida». Identificámonos moito con Cristina Carrasco cando afirma que «A economía feminista aposta pola vida humana, e non polo beneficio capitalista». (1)

Estes «saberes e formas de facer» feministas visibilizáronse de forma nidia este pasado 8 de marzo, cando millóns de mulleres en todo o mundo tomamos as rúas convocadas polas organizacións feministas compartindo un grito colectivo, indignado, reivindicativo e, á vez, esperanzado. Redes formais e máis espontáneas traballaron durante meses xerando fortes vínculos e vivindo con intensidade este proceso colectivo e global. O meu recoñecemento e agradecemento a todas as mulleres que tiveron a iniciativa política e a determinación para impulsar esta forma de protesta #huelgafeminista, empezando polo Colectivo «Ni una Menos» de Arxentina, cuxa chispa na primeira convocatoria de 2017, prendeu a chama en máis de 170 países un ano despois.

Esta #huelgafeminista, como escribe Justa Montero (2), constituíu «unha protesta global, claramente política, cargada de emoción e razón (dous elementos imprescindibles para a 1. Entrevista na revista la Directa núm. 380 2. Dossier nº 92 «Visibilizando lo invisible». Economistas sin fronteres (2018) revolta feminista), respondendo a un chamamento que esixía un cambio e cuxo impacto político, social e mediático está por valorar en toda a súa dimensión». As reivindicacións feministas do #8M nas que participamos puñan no centro as condicións de vida concretas das mulleres; sentímonos interpeladas, apeladas a expresar os malestares acumulados polas inxustizas que atravesan as nosas vidas e a forma como a sociedade as trata: asasínannos e agrédennos sexualmente; as nosas vidas son precarias e están atravesadas de inxustizas e desigualdade; fálannos dunha igualdade enganosa e duns cambios que nunca chegan; non hai lugar no que o machismo non marque a nosa vida cotiá manifestándose de moi distintas formas.

Nestes 30 anos de existencia o noso achegamento a outros continentes permitiunos coñecer máis profundamente as realidades diversas e plurais das mulleres. Temos traballado para que a axenda feminista fose internacional, abordando os problemas específicos en cada territorio, os fenómenos ou procesos internacionais que están na súa raíz: o heteropatriarcado, o capitalismo, o neocolonialismo e o racismo. As nosas aprendizaxes nestes anos van na liña de traballar para reforzar os múltiples lazos que unen as diversas loitas feministas para convertilas en accións globais.

En especial en América Latina as mulleres protagonizaron as mobilizacións sociais en contra das empresas extractivas destrutoras de vida, foron criminalizadas, represaliadas e deron a vida pola defensa do territorio eos bens comúns. É importante a solidariedade, a defensa e a protección das mulleres defensoras que se enfrontan a esta realidade dende unha situación de maior vulnerabilidade. Apóñenselle crimes non só pola súa acción activista, senón tamén polo quebrantamento do rol que tradicionalmente se lle atribúe ás mulleres ao participar na esfera pública. As defensoras son, por iso, non só vítimas da violencia política polo exercicio do seu trabajo, senón tamén de actos de violencia machista, abuso sexual e feminicidiopolo feito de ser mulleres.

As políticas extractivas e o incremento dos megaproxectos na rexión, o peche de espazos democráticos e o aumento da militarización son só algúns dos factores que xeraron o aumento, nos últimos anos, da violencia exercida contra as defensoras de dereitos humanos en América Latina. Tal como dicía Berta Cáceres, activista feminista, ambientalista, lideresa de pobos orixinarios de Honduras, cofundadora de COPIHN antes de ser asasinada o 2 de marzo de 2016, «non é fácil ser muller dirixindo procesos de resistencias indíxenas. Nunha sociedade incriblemente patriarcal as mulleres estamos moi expostas, temos que enfrontar circunstancias de moito risco, campañas machistas e misóxinas».

A feminización da pobreza debida a un acceso sexuado aos recursos sociais e á posición que as mulleres ocupan dentro do fogar. Ata agora a pobreza feminina, invisibilizárase nos estudos sobre pobreza, que tomaron sempre como unidade de análise o grupo familiar, o que contribuíu a manter esta realidade oculta e diluída na estrutura familiar. Dende o ovemento feminista empézase a nomear, a investigar, a analizar e, o que é máis importante, a loitar contra ela.

O coñecemento próximo da inmigración, das mulleres e os traballos «de coidado» que nos países de acollida están realizando, amosou ás claras a situación de negación de dereitos que teñen as mulleres migradas e a prioridade desta loita e desta reivindicación. Puidemos analizar como a globalización do coidado asoma como un novo fenómeno, do que se aproveita o modelo neoliberal para perpetuarse a costa das mulleres.

Seguiremos compartindo desexos, soños e accións cotiás con todas estas mulleres, das que aprendemos cada día, como aportación dun proceso de apoio mutuo para a construción dunha intelixencia colectiva común, local, global e antipatriarcal.

(1) Entrevista en la revista La Directa nº 380
(2) Dossier nº 92 «Visibilizando lo invisible». Economistas sin fronteres (2018)

O noso compromiso dende as Organizacións territoriais de Entrepobos

Joana M. Perelló – Activista da OT EPMallorca e voceira da Xunta Directiva

Sempre me considerei unha persoa activa, comprometida e vinculada dunha maneira ou doutra co mundo do voluntariado coa idea, moi persoal claro está, de facer as cousas pensando non só en min mesma, senón nos demais e no mundo en que vivimos. E neste compromiso sempre tendín a inclinarme polos máis novos e polos máis vulnerables, tanto dende o meu activismo como dende a miña profesión.

No meu caso, ser voluntaria e activista manifestouse como unha opción de vida mesmo antes de que eu mesma fora realmente consciente diso. Tomando as palabras de J.Mújica, «abrazarme á vida, abrazarme a unha causa», forma parte do meu «mantra» persoal, que me reafirma día a día no meu convencemento e no meu xeito de facer e estar neste mundo. Porque se non é así… que facemos aquí?

Entendo que vivir, máis alá de cubrir as miñas necesidades básicas, implica cuestionarme a miña maneira de estar aquí, en perxuízo doutras persoas e territorios, ser crítica co que pasa ao mei redor, identificar e sinalar as causas e os responsables que provocan as inxustizas e denuncialo. É aprender dos pobos orixinarios a súa extraordinaria capacidade de vivir en harmonía coa Nai Terra respectándoa, coidándoa e buscando o ben común, é construír dende o colectivo para xerar redes de apoio mutuo… e é intentar buscar, por riba de todo, a coherencia persoal para levar un estilo de vida o máis acorde posible cunhas opcións de consumo éticas e responsables, tropezando de vez en cando con contradicións que hai que aceptar e superar para seguir avanzando.

E foi neste deambular cando nos atopamos, alá polo ano 2000 en Mallorca, un grupo de mozas que viñamos de camiños distintos, pero que partillabamos as mesmas inquietudes de querer vivir, de maneira comprometida, por un mundo máis xusto e que tiñamos un nexo en común, unha persoa que nos uniu e que foi un grande mestre para todos nós: José Manuel. Él, recén chegado de Brasil despois de moitos anos convivindo cos máis desfavorecidos e acompañando movementos como o MST, co seu carisma e entusiasmo e co seu gran espírito crítico, confrontábanos coa realidade, facendo que nos cuestionáramos sempre sobre as cousas para non quedar como uns meros observadores, e falábanos daquelas persoas que alá formaban parte da «tribo de homes e mulleres que dende o cotián, traballan para humanizar a vida e para coidala, protexela, defendela e promovela onde sexa máis necesario…», persoas que fan parte da comunidade de Pere Casaldàliga.

Nós queríamos buscar a nosa propia tribo aquí e atopámola en Entrepobles. A carta de presentación foi Mª Gabriela Serra, quen daquela era a coordinadora da organización, e que nos transmitiu, coa súa empuxada e enerxía, a mensaxe de compromiso que se agochaba detrás desta asociación. Convenceunos esta maneira de entender a solidariedade internacional, dende a cooperación entendida como estratexia de traballo e de apoio mutuo entre persoas, organizacións e movementos sociais, cunha responsabilidade social e de restitución, acompañando e partillando as loitas, puntos claves para a verdadeira transformación social. E ademais, co valor engadido que dende cada un dos territorios cada OT tiña autonomía propia para canalizar a participación e a acción da maneira que considerara oportuna, partindo do activismo voluntario de cada unha das persoas asociadas que, ao fin e ao cabo, son as que dan coherencia e independencia á organización. Así pois, pareceunos o espazo idóneo para continuar camiñando xuntos e no 2001 constituímonos como organización territorial de EP en Mallorca.

Na nosa primeira etapa priorizamos constituírnos formalmente, cohesionarnos como grupo e, sobre todo, formarnos, sempre respectando o ritmo e a implicación que cada quen podía aportar. Ao mesmo tempo, tiñamos ganas de coñecer dende máis adentro as entrañas de EP: como traballabamos ao outro lado, con quen, como nos vían… E así, no verán do 2003, tivemos a oportunidade de viaxar a Cuba a coñecer de perto algúns dos proxectos que acompañábamos en rela ción a educación, agricultura e sanidade. Foi unha experiencia moi enriquecedora, tanto como grupo como polo que supuxo comprobar de primeira man como EP entendía a solidariedade e a cooperación, promovendo modelos de desenvolvemento que partían das necesidades e capacidades locais, sempre acompañando dende a horizontalidade e co apoio mutuo. Progresivamente adentrámonos máis na organización, participando das asambleas anuais, coñecendo a compañeiros e compañeiras doutros territorios, preguntándolles que facían, como se organizaban…,empezando a establecer lazos de amizade e complicidade.

Tamén o feito de presentar proxectos de cooperación ás nosas administracións públicas, foi un xeito de ir coñecendo as nosas contrapartes en Guatemala, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Perú…, facendo o seguimento e asumindo un papel activo. E nestes últimos anos, formar parte das comisións de traballo do noso plan estratéxico, participar dos encontros anuais coas diferentes OTs e das escolas de verán,…, completan este camiño. Camiño que foi sacudido de xeito repentino en 2006 coa perda do noso compañeiro e amigo José Manuel. O grupo resentiuse moito, pero tiñamos claro que debíamos continuar co legado que él nos deixaba e que ata o último día nos animou a seguir.

E así chegamos a onde estamos agora, onde temos un papel máis activo formando parte da xunta directiva, espazo no que verdadeiramente te decatas do que, como e por que da nosa organización. Participar das xuntas é toda unha escola de aprendizaxe, onde se mesturan as xeracións, se aportan experiencias vividas e novas ideas e, combinando todo, acontece un traballo en equipo e compartido cos voluntarios máis activos dos diferentes territorios, os cooperantes e o equipo da oficina técnica.

Persoalmente, despois de ter vivido experiencias como a de Cuba, a de Brasil, coñecendo as xentes dos campamentos e asentamentos do MST na zona da periferia de Sao Paulo, o voluntariado de un ano en Perú acompañando a comunidades afectadas polas actividades extractives, defendendo o seu dereito a decidir sobre os seus territorios como pobos orixinarios e o empuxe destas mulleres, batallando en primeira fila para loitar polos seus dereitos e, máis recentemente, a vivencia de ter participado na Caravana Abrendo Fronteiras a Melilla, para denunciar a vulneración dos DDHH das persoas en movemento en Europa,…, reafírmanme no mantemento de que a loita e a defensa dos dereitos humanos e sociais non a podemos facer soas, senón dende unha ollada global e a acción local.

Por iso, dende EP entendemos que para a verdadeira sensibilización e para incidir social e politicamente, para transformar as causas que xeran as inxustizas, hai que traballar dende redes locais, nacionais e internacionais. E, concretamente en Mallorca, isto témolo feito sempre vinculadas con outros colectivos do noso territorio, cos que partillamos obxectivos comúns, como por exemplo no Foro Social de Mallorca e a Asamblea de Movementos Sociais, na Plataforma contra os Tratados de Comercio e Investimento, coa Rede pola Soberanía Enerxética, con MBM para parar as prospecións no noso Mediterráneo… Ao mesmo tempo damos apoio colaborando en campañas relacionadas coa defensa do territorio fronte ao turismo, entendido xa como outra «actividade extractiva» deste mundo occidental.

E chegadas aquí, no 30 aniversario de EP, case dezasete anos despois de térmonos constituído en Mallorca, o grupo mantense e seguimos, coidando unhas ás outras, mantendo a firmeza do compromiso de seguir traballando para transformar e denunciar este capitalismo depredador, resistindo e impulsando un mundo en condicións de xustiza para todas. Temos claro que EP é o lugar, é o espazo dende onde podemos levantar a voz e visibilizar todas estas causas e loitas… É onde queremos estar e seguir estando durante moitos anos máis…

De movemento de solidariedade a Entrepobos

Núria Roig a El Salvador, 1992

A única vantaxe que ten facelo con tantos años de distancia é lembralo co pensamento e as expresións que usabamos naquel entón; iso si, estou escribindo con ordenador e, naqueles tempos,, cando EP empezaba a camiñar, tecleaba cunha máquina de escribir. Dito isto, fareivos catro pinceladas de dous temas: un, de onde vimos e por que creamos unha ONG; e dous, as raíces de EP, humanas, organizativas e filosóficas.

Viñamos dos comités de solidariedade e das coordinadoras locais e estatais. Dende a Revolución Popular Sandinista do 1979 e durante os anos 80, principalmente, creáronse comités de solidariedade sobre todo con Nicaragua e, non tan numerosos, cos movementos de liberación de O Salvador e Guatemala. Formáronse moitísimos, en barrios, centros de traballo e sindicatos, vilas pequenas e grandes; teceuse unha rede impresionante que alentaba a coordinación e as campañas conxuntas. Eran pobos amigos loitando por un mundo mellor, e nós queriamos estar ao seu lado, e mesmo, bastante xente traballamos alí: un ano, dous, tres, ou en brigadas internacionais de verán. Coñeciamos o territorio, as paisaxes, a moita xente; nós iamos e moitas persoas de alá viñeron tamén.

Entendiamos a solidariedade internacional como a causa común, a amizade e o irmanamento entre pobos que loitan pola liberdade, como o apoio mutuo ás loitas pola liberación popular, como o acompañamento aos movementos revolucionarios, sobre todo de América Latina. Lembro o local da coordinadora catalá, austero e humilde, sempre repleto de xente e de fume. Lembro o local da coordinadora estatal no que, durante uns anos, nos atopabamos case cada mes xente de todas partes. Lembro as campañas «100 millóns para Nicaragua!» e «Nicaragua ten que sobrevivir», o concerto «Nicaragua Rock» que encheu o Palau Sant Jordi de Barcelona, as paradas para informar e vender chapas ou libros, as manifestacións contra o imperialismo, as xornadas, os debates, o envío de brigadistas, o financiamento de pequenos proxectos, as idas á radio, os escritos en revistas… Queriamos con todo iso contribuír a romper a injusta orde económica internacional, o intercambio desigual, queríamos cambiar o mundo.

A medida que pasaban os anos, outras institucións se foron engadindo: por una banda, concellos que se xuntaban con vilas ou cidades –sobre todo niques–, e doutra, se formaban novas ONG no momento no que en Nicaragua se creaba o Ministerio de Cooperación Externa para pór orde e dar prioridades a todos os proxectos que se financiaban con aportacións solidarias; á vez tamén aquí moitas administracións públicas comezaban a destinar recursos económicos para as ONG. Os comités de solidariedade non quixemos ser alleos a esta nova situación e decidimos falar. Creouse una comisión en Catalunya para estudar o tema, documentos arriba e abaixo, discusións en pequenos comités e nas coordinadoras: que pasara cos proxectos de solidariedade, como podiamos acceder a máis recursos e facer un mellor seguemento dos proxectos en marcha, como  podiamos reforzar os dous eixos de traballo: cooperación e sensibilización, contrainformación e denuncia.

Finalmente, a coordinadora estatal de solidariedade con Nicaragua, en novembro de 1997, deu o visto e prace para crear unha ONG solidaria. As coordinadoras locais aportaron o diñeiro inicial para empezar a singradura e decidiuse que unha persoa traballara: era unha responsabilidade enorme para min. Os últimos meses do 97 xa atopáramos un nome –que reflectía o que queriamos ser– e tiñamos redactado uns estatutos, que en decembro do 97 entraron ao rexistro de asociacións.

Xaneiro de 1988, Entrepobos tiña unha páxina en branco por encher, todo era novo e tíñanse que empezar os alicerces. Non comezamos con proxectos, de ningún xeito, empezamos creando a entidade, a base organizativa. Buscamos persoas para formar a Xunta directiva –provenientes da solidariedade e novas–, queriamos algunhas de persoas coñecidas que nos abriran portas; J. M. Valverde aceptou a presidencia. A primeira Xunta era entusiasta e traballadora. Reuniamonos a cotío. Impulsamos a creación das comisións de apoio en todo o territorio: trens arriba e abaixo para falar coa xente, para animar. Buscamos socias e socios fundadores ata debaixo das pedras; pensamos un logotipo que nos representase; redactamos os primeiros trípticos para darnos a coñecer, buscamos un pequeno local de referencia. Despois duns meses empezamos a facer as presentacións públicas, a primeira e colectiva en Madrid, en xullo do 88 nun bar coñecido. Aínda estaban con nós algúns compañeiros que nos deixaron logo de máis: Anna Ros, do País Valenciano; Pepo Montserrat, de Aragón; Diamantino García, de Sierra Sur (Sevilla) e Fernando Salas, de Madrid. Máis trens arriba e abaixo: Sevilla, Valladolid, Redondela, Murcia, Albacete, Granada, Burgos e un longo etcétera, para crear as comisións territoriais, para facer presentacións e, máis adiante, para participar en mesas redondas e xornadas.

En segundo lugar profundizamos no tema, que é a cooperación solidaria, que é a cooperación e a educación para o desenvolvemento. Tiñamos que atopar un discurso e un pensamento propio. Lemos, reunímonos con outras ONG e empezamos a viaxar a Centroamérica. Como solidariedade coñeciamos bastante os movementos sociais daqueles pobos, como a ONG principiante naqueles anos, tivemos que recoñecer e coñecer as ONG que serían as nosas contrapartes. Xusto é dicir que, non tanto en Nicaragua, pero si n’ O Salvador e Guatemala, as ONG locais constitúense ao mesmo tempo que nós, alá tamén entenderon que unha entidade constituída como organización non gubernamental tería máis posibilidades de canalizar recursos económicos.

Na primeira viaxe en Centroamérica, en xullo do 88, tivemos a ocasión de reunírmonos, por primeira vez, co Comité Nicaraguano de Solidariedade cos Pobos (Patricia Elvir); co Ministerio de Cooperación Externa (Lesbia Morales); co Instituto da Muller; coa Oficina de Promoción e Desenvolvemento da Costa Atlántica ou co Instituto de Reforma Agraria, INRA; e tamén coñecemos, entre outros, REDES, n’O Salvador ou a Igrexa de Guatemala no Exilio. Curiosamente con estos últimos desenvolvemos o noso primeiro proxecto importante e enviamos as primeiras cooperantes, médicas, aos campamentos de refuxiados guatemaltecos en Quintana Roo, México, para formar promotores e promotoras de saúde.

E pensamos e escribimos moito, moitísimos:documentos de debate, para as xuntas, para as asembleas, para os boletíns, para os trípticos e para as comparecencias públicas. Falamos de comprender a situación política dos países nos que traballamos; falamos de que os proxectos impulsen a participación popular; falamos de basearnos nunhas relacións entre iguais; falamos de autoavaliarnos e ir mellorando progresivamente; falamos de velar pola nosa autonomía e non permitir condicionantes dos portadores de recursos; falamos das tarefas centralizadas e das que non o serían; falamos das clases populares, das mulleres… e a lista sigue.

Xaneiro de 1992, catro anos despois de poñer a primeira pedra, EP tiña case un milleiro de socios e socias, unhas comisións de apoio fortes en todo o territorio peninsular, algúns proxectos en marcha, proxección pública e a mellor substituta, Gabriela Serra, que había poucos meses que volvera de Guatemala e que non dubidou en aceptar o retoE non esquezamos, está claro, a Helena Porteros. Unha aperta a todo o mundo e os meus parabéns polo traballo feito.

E aí seguimos, co teimudo empeño de ‘non claudicar’

Gabriela Serra en Guatemala, 1992

Tres décadas xa, dende que un puñado de xentes solidarias, agrupadas na Coordinadora de Solidariedade con Centroamérica, decidíramos introducirnos oficialmente no ámbito «da cooperación ao desenvolvemento». E digo, con premeditación, «introducirnos oficialmente» porque moito antes de que as ONGDs irromperan no escenario da sociedade civil organizada, en tanto que as  entidades especializadas na cooperación ao desenvolvemento xa, un sinfín de comités de solidariedade,
viñan acompañando xentes e pobos do chamado Sur: valentes grupos de xentes alzadas, con iniciativa, que xa andaban protestando e reclamando o seu dereito a unha vida digna, pero sobre todo xentes e pobos empeñados na consecución doutros dereitos máis complexos, máis transcendentais: o dereito á liberdade, á xustiza, á soberanía….

E de aí que no noso breve, pero preciso e conciso, documento fundacional dixeramos: A necesidade da solidariedade e a cooperación internacional vai máis alá de ser un xesto xeneroso e altruista pola nosa parte: ten de ser e é unha obriga. A ética solidaria convértese nunha forma de situarnos ante o mundo con estrita xustiza, de reivindicar que todos os dereitos que pensamos que son bos para nós tamén o son para os demais, e a cooperación é un xeito de retornar ao Sur todo aquilo que previamente se lles roubou ou negou e, ademais, acompañalos no seu camiño cara a independencia e a mellora de vida. E iso depende en boa parte, non so da capacidade de actuar a través das nosas organizacións, senón tamén da capacidade de incidir que teñamos, de presionar efectivamente ás instancias gubernamentais para que establezan relacións políticas e acordos económicos na liña de romper o inxusto sistema de intercambios desiguais. Eran os tempos nos que falabamos de Sur e Norte. Pouco tempo, anos despois descubriríamos  que non hai norte sen sur e que cada sur ten o seu norte…., que non hai pobos pobres senón empobrecidos, que non hai pobos ricos senón enriquecidos.

Por iso e, pese ao que se podería crer, os nosos inicios foron non só fáciles e alentadores, senón ademais cheos de certezas que nos conducían sinxelamente a acompañar o camiño cara a liberdade que eses  pobos perseguían. A nosa orixe, a Coordinadora dos Comités de Solidariedade con Centroamérica,
marcou unha opción e un estilo de cooperar. Unha opción baseada nun forte compromiso  internacionalista e nunha nidia opción antiimperialista. Tamén marcou a evidente vocación  centroamericana de Entrepobos que centrou os seus esforzos en Nicaragua, O Salvador e Guatemala.

Propuxémonos dar voz a quen, tendo aportacións que facer, tiña limitados os seus espazos de divulgación. Intentamos non caer na ignorancia de crer que so dende o «Norte» se elaboraba pensamento e se aportaban alternativas. Porque fomos constatando que os que máis padecen a exclusión integral contan con capacidade e conseguen atopar o tempo para as súas propias reflexións. Por sorte, esas xentes no andan dependendo das explicacións, argumentos, análises e propostas políticas elaboradas por xentes do, cínicamente, chamado mundo desenvolvido. E aprendemos delas, aprendemos con elas e tocounos aprender tamén por elas.

Aprendemos que as revolucións populares nin sempre son vitoriosas, nin cando o son sempre acadan manter a vitoria. Nicaragua e o sandinismo oficial partiunos a alma … Como descubrimos que hai acordos de paz que perpetúan a guerra entre empobrecidos e enriquecidos. O Salvador e Guatemala puxeron sobre a mesa a tremenda imposibilidade de gañarle o pulso ao imperio, pero tamén  evidenciaron o cinismo que envolve o concepto paz e o concepto acordos. Non houbo Acordos de Paz, so un desarme unilateral –as forzas armadas populares– e a imposición dunha democradura auspiciada polos poderes económicos locais e internacionais.

Impúñase a globalización neoliberal. En menos de cinco anos Centroamérica cambiou: o sandinismo absolutamente quebrado, O Salvador e Guatemala dolorosamente pacificados. Aí quedaron anos de loita, de esperanzas, de verdades como puños destruídas e de ilusións como ceos desplomadas…

Pero tamén constatamos, algo que debíamos saber só mirando o noso propio pasado: que a teimosía do desexo de liberdade e a busca en pro da xustiza é superior ao medo e a calquera batería de terrores. Que
os dereitos dos pobos ancestrais, os dereitos da terra e á terra, a preservación da nai terra, a igualdade de dereitos entre home e muller, a opción por outros modelos de desenvolvemento, o dereito ao mantemento da vida, á dignidade e ao futuro… seguen a convocar xentes, seguen a manter o alento para a loita, seguen a materializar a resistencia.

Ampliamos a nosa presenza en Centroamérica achegándonos á loita obstinada dos seus pobos indíxenas contra o imperio do poder extractivista, como en Perú, Ecuador, Guatemala…, pobos alzados contra os
macro proxectos enerxéticos en calquera das súas versión: agrícola, mineral, eléctrica,… destrutores do futuro das súas comunidades, das súas xentes, do seu futuro. Os «macro proxectos», fillos predilectos dos diversos e variados acordos comerciais de libre comercio entre os poderes neoliberais dos propios
países e os amos da economía mundial.

Y aí seguimos cooperando, é dicir, operando conxuntamente. Xa non só para desbancar opresións maquilladas de democracia, senón tamén para desenmascarar os novos axentes da anti-cooperación, os adalides do desenvolvemento. Para exercer aquela compañía á que nos abocaba a solidariedade facéndonos transitar do indubidable valor da «xenerosidade da axuda», ao rotundo término de «obrigatoriedade da restitución». Pero nin moito menos na simple obrigatoriedade da restitución económica –que tamén– senón na nosa complicidade para operar conxuntamente na abordaxe das
causas que provocan a pobreza, para cooperar na loita contra os instrumentos políticos e económicos dos que se serve o sistema para impoñela.

En 30 anos, certamente, cambiaron nomes, fusionáronse maldades, perfeccionáronse instrumentos de dominación… Pero tamén xurdiron novos e potentes suxeitos de transformación social acá e, sobre todo, alá: os pobos indíxenas, o campesiñado en pé, as xentes disconformes e…  as mulleres!!! Esas defensoras de todos os dereitos humanos habidos e por haber. Mulleres protagonistas e protagónicas, mulleres, mulleres, mulleres.

Van 30 anos, oxalá non houbese necesidade de seguir coa cooperación pobo a pobo. As evidencias sinalan que non estamos nesa tesitura. Así que seguiremos colaborando nesta, mentres que conformamos todas as xentes que perseguimos un mundo no que a igualdade, a fraternidad, a liberdade e … o feminismo, imperen por igual por todas partes. Nacemos para ser felices, di Pepe Múgica, orientémonos pois a construír a felicidade mundial.

Os retos da educación entendida como educación emancipadora

Diciamos: Temos aprendido que esa acción educativa abarca ámbitos sociais diversos que chegan dende o socio-familiar, a educación regrada e a non formal, así como a informal que provén dos medios de comunicación e formas incontroladas (para as amplias maiorías) de socialización de ideoloxía e normas de pertenenza á comunidade. O certo é que unha retroalimentación con eses ámbitos de socialización son tan necesarios como complexos, porque presupón unha articulación social que, hoxe por hoxe, só pode ser alcanzada a pequena escala, e cun forte apoio social. Polo tanto, o reto supón establecer alianzas entre a acción educativa e os movementos sociais alternativos nunha estratexia que debe facer posible unha socialización crítica que vincule cultura, organización en rede, resistencia e cambio social.

Diciamos: A perspectiva dunha EpD, orientada a promover unha cidadanía crítica, xeradora dunha cultura de solidariedade comprometida, necesita unha educación emancipadora que permita entender e transformar o modelo de globalización hexemónica, construíndo outra, alternativa…, Ideas-forza que nos guiaron son a sustentabilidade da vida, os feminismos, a soberanía alimentaria e a soberanía sobre as nosas identidades e corpos, a defensa do territorio e dos bens comúns, a protección e apoio ás e aos defensores, a memoria histórica, a defensa dos dereitos das persoas inmigrantes, das persoas refuxiadas, crítica co modelo de desenvolvemento extractivista e depredador, a defensa dos dereitos sociais e contra a pobreza e a exclusión social. Todo iso é parte do día a día da acción concienciadora en Entrepobos.

Diciamos: O enfoque emancipador supón que a acción sociopolítica é educativa, se quere merecer realmente o nome de transformadora, establecendo unha conexión entre coñecemento crítico e educación. O fundamento da acción pedagóxica é, polo tanto, moral e ideolóxico. Como consecuencia desa complexidade, e dende esa perspectiva, os retos tamén son complexos. Dende a necesidade da construción de redes e plataformas de acción global de sensibilización e dunha educación concientizadora. Participamos nas campañas contra os tratados de libre comercio e contra a impunidade das transnacionais, apoiando a idea de cidadanía global e mellorando nunha coordinación máis eficaz e contundente a nivel global.

Diciamos: Igualmente, esta preocupación debe estar presente nas prácticas de campañas realizadas dende as Coordinadoras de ONGDs,(…) e as políticas culturais dende os concellos e deputacións, nas que están presentes ou relacionadas as ONGDs. Aínda que o traballo sexa difícil, a presenza e/ou o contacto segue a facerse necesario, aínda que debemos seguir evitando lastrar o noso traballo con liñas máis ou menos institucionalizadas de organismos ou doutras organizacións coa súa propia folla de ruta.

Diciamos: A EpD, debe traballar procurando aportar ás reformas educativas progresistas, a súa especial sensibilidade, pero evitar quedarse na periferia do sistema educativo. Nun momento de previsible cambio educativo, é necesario vincularnos aos enfoques máis renovadores e críticos, tanto dende a perspectiva da Educación como servizo público ao servizo dos intereses populares, como contrarrestar os enfoques tecnocráticos do currículum e as prácticas escolares.

Diciamos: Para todo iso, a incidencia política require altos niveis de conciencia, información e preparación. Isto implica investir máis esforzo non só na cantidade, senón na calidade (…) Isto supón loxística, medios, responsables, coordinación estable, propiciar e participar en redes. Aínda que sometidos aos vaivéns da política de cooperación e ao financiamento incerto, eses recursos foron progresando de xeito expansivo, de maneira que xa practicamente non se concibe ninguhna acción de Entrepobos, sen ter en conta esa infraestrutura.

Diciamos: Este enfoque global e emancipador, ten que asumir a tarefa de recoñecer os elementos do noso contorno que forman parte do dominio simbólico e cultural, do ocio, comunicación (e información) e consumo, e deseñar estratexias para unha alfabetización audiovisual. A evolución de publicacións, exposicións, audiovisuais, promoción de cine crítico, performances…, evolucionaron de maneira moi relevante e eficaz, non só como altavoces doutras voces non escoitadas, senón como ferramentas de reflexión e aprendizaxe.

La Corte Constitucional de Ecuador niega la acción extraordinaria de protección pedida por Chevron Corp.

Tras 25 años de lucha, el 11 de julio, la Corte Constitucional de Ecuador resuelve a favor de Ecuador, negando la acción extraordinaria de protección solicitada por la petrolera estadounidense Chevron. Alega que no existe vulneración de derechos constitucionales  y niega la acción extraordinaria de protección solicitada por la petrolera. Con esta resolución culminan todos los recursos disponibles en Ecuador dentro de este proceso judicial.

Chevron pretendía evitar la sentencia impuesta por las Cortes de Justicia de Ecuador y el pago de 9.500 millones de dólares por los daños causados en las provincias de Sucumbíos y Orellana, y así evadir su responsabilidad legal para la reparación de las zonas contaminadas.

Ahora la petrolera deberá cumplir su sentencia por la apelación presentada por Ecuador ante la Corte Suprema de Canadá, por los daños ambientales causados entre 1964 y 1990 en la selva ecuatoriana, causando la muerte de unas 800 personas, y afectando a la salud de más de 30.000 personas debido al contacto con el crudo.

Según Willian Lucitante, Coordinador Ejecutivo de la Unión de Afectados/as por Texaco (UDAPT), organización que ha llevado este caso frente a todas las cortes posibles, se están dando pasos firmes para que se haga justicia. Ahora Chevron no puede seguir engañando en otras jurisdicciones, deberá hacer efectiva la deuda por la obligación judicial y proceder a la reparación de más de 480 mil hectáreas de selva que hasta ahora albergan cientos de tóxicos regados por la petrolera.

Se trata, según Donald Moncayo, subcoordinador de la UDAPT, de una victoria por la defensa de la vida, posible gracias a la lucha de todas las personas y organizaciones contra las estructuras de impunidad de las empresas transnacionales que cometen crímenes ambientales y vulneran los derechos humanos allá donde operen.

Fuente: Unión de Afectados y Afectadas por las Operaciones Petroleras de Texaco – UDAPT http://texacotoxico.net/corte-constitucional-nego-la-accion-extraoridnaria-de-proteccion-pedida-por-chevron-corp/