Informe AOD

Cooperación autonómica: el riesgo de recortarla cuando más se necesita

Presentamos el Informe sobre Ayuda Oficial al Desarrollo autonómica, un análisis que ofrece una fotografía sobre el compromiso de las comunidades autónomas con la cooperación. El informe ha sido realizado por la Red de Coordinadoras Autonómicas de ONG de Desarrollo.


Con una media de 0,11% destinado a cooperación en 2019, el estudio muestra que los fondos se encuentran muy lejos del compromiso del 0,7%.


El proceso de la reforma del sistema de cooperación iniciado este año es una buena oportunidad para reforzar esta política pública esencial en un contexto de crisis.


Consulta el informe en este enlace

La fotografía que ofrece el Informe presenta más sombras que luces: la tendencia a la recuperación se mantiene desde 2015, aunque con mucha timidez. En algunos casos, el punto de partida es tan bajo que el cambio apenas se percibe en términos porcentuales. Con una media de 0,11% destinado a cooperación en 2019 y de 0,10% el año anterior, el estudio muestra que los fondos se encuentran muy lejos del compromiso del 0,7%. Esa recuperación, por tanto, es claramente insuficiente sobre todo en un momento en el que la crisis provocada por la pandemia exige respuestas firmes que frenen las desigualdades y la pobreza.

Por otra parte, al comparar el mejor porcentaje global histórico -que se produjo en 2008, con un promedio de 0,28%- observamos que la tímida tendencia de mejora no responde ni al crecimiento económico ni a las enormes necesidades del momento. Es necesario un mayor esfuerzo.

El apoyo que ofrecen las ONG es crucial en un momento en el que la crisis afecta directamente a poblaciones que ya sufrían situaciones extremas. No fortalecer la cooperación supondrá un impacto directo sobre las condiciones de vida de miles de personas.

Zoom sobre las comunidades autónomas

Por encima del 0,20%: Euskadi, Extremadura y Navarra.
Entre 0,10% y 0,19%: Andalucía, La Rioja, Asturias, Catalunya, Comunitat Valenciana, Illes Balears.
Por debajo de 0,09%: Cantabria, Aragón, Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia y Canarias.

Evolución AOD

¿Cuánto supone el presupuesto de cooperación por persona y año?

Más de 10 €. Euskadi, la Comunidad Foral de Navarra y Extremadura.
Entre 6 € y 1 €, donde se sitúan la mayoría de las CCAA con un promedio 3,93 € en 2019. Aquí se ubican La Rioja, Andalucía, el Principado de Asturias, Illes Balears, Catalunya, la Comunitat Valenciana, Cantabria, Aragón, Castilla y León, Galicia y Castilla-La Mancha.
Menos de 1 €. Comunidad de Madrid, Canarias y la Región de Murcia, con una media de 0,46 € en 2019.

Alertamos: los riesgos de no reforzar la cooperación

La tendencia a la nula o tímida recuperación nos hace dar la voz de alerta. Existe un riesgo de que, en el contexto actual, la política de cooperación pueda ser nuevamente utilizada como moneda de cambio y que, con la excusa del “primero los de aquí” se reduzca significativamente su presupuesto. Esto sería un gravísimo error, porque si algo ha demostrado la pandemia es que todo el mundo sale de esto o no sale nadie. Por otra parte, el análisis de los datos demuestra la necesidad de reforzar las capacidades del sistema para alcanzar mayores niveles de ejecución y eficacia.

La búsqueda de datos para este informe ha sido extremadamente compleja lo que demuestra la escasa transparencia y la nula homogeneidad en los mecanismos de medición.

La necesidad de un cambio de rumbo

En un contexto marcado por la complejidad de la crisis mundial y, coincidiendo con el proceso de reforma del sistema de cooperación, es un deber garantizar el refuerzo de esta política pública desde todos sus ámbitos de actuación (incluido el autonómico y local).

Por ello, demandamos, entre otras medidas:

  • Recuperación de los fondos y aprobación de un calendario de cumplimiento hacia el 0,7%, en coherencia con el apoyo ciudadano a esta política pública.
  • Compromisos concretos con el fortalecimiento de la educación para la ciudadanía global, una cuestión clave en un contexto en el que aumentan los discursos de odio.
  • Refuerzo de las capacidades. No podemos continuar con las capacidades de hace años.
  • Mejorar la transparencia. Es urgente crear mecanismos de transparencia sobre los fondos destinados a esta política pública.
  • Homogeneizar criterios para contabilizar la Ayuda Oficial al Desarrollo autonómica. No podemos analizar con detalle y con perspectiva si no contamos con los mismos datos o no se contabiliza de manera adecuada.
  • Flexibilizar la burocracia. Los procedimientos y requisitos han de revisarse para facilitar el trabajo de todos los actores implicados en la cooperación.

Video de presentación del Informe sobre Ayuda Oficial al Desarrollo Autonómica

 

“Vivimos tiempos de mujeres”: feministas fortalecen su agenda en tiempos de pandemia

Cuba: XV Encuentro Anual de la Red Feminista “Berta Cáceres”

Se necesitan nuevas acciones y formas organizativas para encarar al patriarcado. El machismo se ha reafirmado y las mujeres viven condiciones muy difíciles

A seguir construyendo redes de apoyo solidarias y reafirmar la lucha en principios y prácticas colectivas contra el patriarcado se pronunció el XV Encuentro Anual de la Red Feminista “Berta Cáceres”, realizado entre el 21 y 23 de octubre bajo el precepto: “vivimos tiempos de mujeres”.

La cita, que esta vez apeló a la modalidad virtual debido al distanciamiento físico que impone la pandemia del covid-19, permitió la activa participación desde diversos países de mujeres que integran la red, coordinada por el Grupo de Investigación “América Latina: Filosofía Social y Axiología” (Galfisa), del Instituto de Filosofía de Cuba.

A partir del análisis del actual contexto feminista y la “nueva normalidad” pospandémica, las participantes reconocieron la necesidad de desplegar acciones y nuevas formas organizativas contra el patriarcado.

“Para nadie es un secreto que, bajo la pandemia, las formas de opresión se han hecho más sofisticadas e invisibles”, sostuvo Georgina Alfonso, de Galfisa.

“La vida cotidiana de las mujeres se ha hecho mucho más difícil y el machismo ha reafirmado su naturaleza dominadora, usando entonces argumentos como la capacidad de abnegación, sacrificio y consagración para el cuidado que tenemos las mujeres”, agregó.

Además del predominio de la racionalidad económica patriarcal en busca de maximizar las ganancias invisibilizando el trabajo de cuidado y el aporte de las mujeres a la economía, Alfonso describió un panorama donde prevalecen la instauración del pánico, las desigualdades de tiempos y espacios, se incrementan las violencias contras ellas, el control de sus cuerpos y otras prácticas patriarcales que acentúan una subjetividad opresora.

“Hoy adquiere cada vez más fuerza la certeza de que los posicionamientos antipatriarcales son posicionamientos anticapitalistas”, sostuvo Alfonso y dijo que para Cuba significa también asumir un feminismo crítico, creador, transformador; superar la dinámica economicista que naturaliza el sentido común del capital y construir consenso en torno a un proyecto país más justo, solidario y cooperado.

Pandemia adentro

Los meses de confinamiento han develado desigualdades y acentuado el sistema de opresiones múltiples, con blanco en la vida y los derechos de las mujeres, reconocieron participantes en el encuentro virtual.

La pandemia esconde verdaderas crisis prexistentes, dominaciones y discriminaciones patriarcales, misóginas y racistas, mientras el confinamiento agudiza la violencia de género, acentúa la diversidad de roles de las mujeres y ha llevado a una desvalorización de los trabajos de cuidados, señalaron a partir de sus propias experiencias cotidianas.

“El teletrabajo destruye los bordes de la jornada de ocho horas y tira una manta invisible sobre los tiempos de la vida. En el debate se coloca el significado del cuidado bajo la bandera del sacrificio y así se oculta una amplia zona de cuidados que no son solo médicos”, reflexionó la cubana Llanisca Lugo, del Centro Memorial Martin Luther King Jr.

Con ella coincide Marbelis González Mesa, del Centro de Intercambio y Referencia- Iniciativa Comunitaria (CIERIC). “Caemos en la trampa de que debemos esforzarnos para cumplir con los múltiples roles de súper madres, súper hijas, súper esposas trabajadoras; hablamos de cuidado de la vida, pero pocas veces pensamos en el cuidado de la nuestra. Ha sido y sigue siendo una trampa el teletrabajo: tiene ventajas, indudablemente, ¿pero cuántas horas le dedicamos?”, señaló.

La cubana Mely González, coordinadora del Grupo de género y feminismo de la Universidad Central de Las Villas, significó el valor de las redes de apoyo para asumir dignamente el trabajo de cuidados, lo negativo de “romantizar” el confinamiento y llamó a dar seguimiento en “la nueva normalidad” a los riesgos del teletrabajo para las mujeres.

Es por ello que la peruana Walkiria Santa Cruz, militante de la colectiva feminista Resistencia Rabona, apuesta por “colectivizar los cuidados y volverlos responsabilidad de todos”.

En tanto, Lil Romero, guionista de televisión, aboga por “pensar otras medidas que nos protejan en estos tiempos y no solo de la Covid, sino también de la violencia, la sobrecarga, la discriminación laboral” y muchas otras injusticias.

Luchas y caminos

A juicio de Ana Bickel, del FMLN de El Salvador y la Red Mesoamaericana de Educación Popular, el incremento de las contradicciones y las opresiones también enseña caminos para transformar.

“Desde las comunidades que han logrado cuidarse ante las amenazas de la violencia, que han diversificado la producción y formas de cuidar y curarse, han logrado mejores resultados en el combate al virus, con las mujeres como protagonistas”, expuso como ejemplos.

Por otro lado, Bickel alertó acerca de que la lucha feminista por la equidad está siempre ante la trampa de que las mujeres aspiremos a transformarnos como sujetas personalizadas, creyendo que desligarnos de la colectividad nos libera. Una cosa es aprender a afirmarnos ante la colectividad; otra es creer que prescindimos de ella”, sostuvo.

Para la periodista cubana Lirians Gordillo, la reflexión para por pensar en cómo generar el cambio, no retroceder y avanzar en los derechos de las mujeres y cómo conectar todo esto con la vida cotidiana, práctica de la nación.

“Lo que se ha logrado ha sido también generando espacios colectivos y públicos, exigiendo el reconocimiento de nuestros derechos y, por tanto, la puesta en práctica de políticas que los garanticen”, argumentó.

En su opinión, se necesita combinar espacios de sensibilización, capacitación, transformación individual y colectiva con el empuje, el reclamo, la construcción de una agenda política en todos los órdenes: legal, económica, laboral, agraria y cultural, entre otros.

Entre otros avances, la red reconoció el crecimiento de los grupos en este camino, la incorporación de jóvenes, el desarrollo de investigaciones y su relación con el activismo, la creación de espacios de formación e intercambio, participación en campañas en defensa de todos los derechos, la visibilización de proyectos feministas, protocoles de prevención, tareas de acompañamiento, trabajo en comunidades, la incorporación de hombres a los colectivos y la reivindicación desde la historia del papel de mujeres negras.

Igualmente se identificaron desafíos, como construir alternativas colectivas contra el patriarcado y transformar prácticas; crear espacios colectivos de cuidados, crianza y educación; asumir la necesidad de una agenda política en todos los órdenes y mantener la lucha por los derechos de la mujer, junto a los esfuerzos por recuperar la economía.

Alertaron también sobre la amenaza que representa el avance de los fundamentalismos en el retroceso de los derechos de las mujeres, la emergencia de proyectos individualistas desligados de lo colectivo, la necesidad de reconocer el feminismo como dimensión del desarrollo, dar prioridad al escenario mediático en las luchas, abrirse al aprendizaje e interpelación de diversos feminismos y abrir más espacios de debate y articulación.

Durante el encuentro se presentaron y compartieron los libros El saber feminista, compilación de trabajos del Grupo de Estudios de género y feminismo del Centro de Estudios Comunitarios de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas y Los cuidados en la ruta hacia la equidad en Cuba, que reúne investigaciones de las académicas Georgina Alfonso González, Teresa Lara Junco, Magela Romero Almodóvar, Dayma Echevarría León y Clotilde Proveyer Cervantes.

La red se creó como la “Red Ética y Política del movimiento de mujeres” y su primer encuentro se realizó los días 18 y 19 de marzo de 2011 con el objetivo de crear la red y compartir los sentidos éticos y políticos comunes en la construcción de identidades y articulaciones desde el movimiento de mujeres en Cuba y sus vínculos con América Latina, desde la perspectiva feminista latinoamericana.

Luego, en 2016, adoptó el nombre actual de Red Feminista “Berta Cáceres”, al crearse el Espacio Feminista de igual nombre, que rinde homenaje a la líder popular hondureña y apuesta por la comunión de ideas “que convoquen a la acción contra la dominación, explotación, discriminación y violencia patriarcal”.

 

Sara Más Ameco Press y SEMLAC

Fuente: Boletín 74, Activistas por la vida

V aniversario de la siembra de Berta

Esta semana se cumplen 5 años de la SIEMBRA de BERTA CÁCERES, la lideresa lenca que trabajó por los movimientos campesinos, feministas e indígenas.

#5AñosJuntoABerta

El 2 de marzo de 2016, Berta Cáceres fue asesinada en medio de una fuerte oposición contra el Proyecto Hidroeléctrico “Agua Zarca”, impulsado por la empresa nacional Desarrollos Energéticos (Desa) en territorios ancestrales, al noroeste de Honduras.

Desde Entrepueblos queremos acompañar a la familia y al COPINH, nos sentimos parte de este movimiento internacional en la lucha contra la impunidad en este crimen por defender los derechos ambientales. Exigimos justicia para Berta y castigo a los Atala, autores intelectuales de su asesinato.

Berta Cáceres fue galardonada en 2015 con el prestigioso Premio Ambiental Goldman. Este galardón coincidió con la publicación de un informe de Global Witness, que declaró Honduras como el país más peligroso del mundo para los activistas del medio ambiente y de la tierra.

Acompáñanos en las jornadas especiales que se han preparado desde muchos rincones del mundo para honrar a Berta el día de su siembra.

Únete a las distintas acciones y juntxs exijamos #JusticiaParaBerta ✊🏽

‼️5 años después, Berta sigue haciéndose millones‼️

 

Estas son las actividades que desde Entrepueblos estamos organizando para el 3 de marzo: 

➡️ ZOOM (también por streaming en YOUTUBE LIVE)

19:30 – Globalizando resistencias en el V aniversario de la Siembra de Berta

Debate con:
  • Gemma García, de Contrast. Coautora del documental
  • Paula Santos, de Mujeres Migrantes Diversas
  • Plataforma por Honduras de Madrid
  • Dolores García, de Entrepueblos
  • Y una intervención del COPINH

20:45 – Estreno en youtube del documental “Las Semillas de Berta”

Organizan: Entrepueblos –  Plataforma por Honduras de Madrid – Mujeres Migrantes y Diversas – Xarxa Teixint Resistències amb les Defensores d’Amèrica Llatina

➡️ Casa América de Catalunya (C/ Còrsega, 299, entresòl, Barcelona)
.
18:30 – Presentación del libro “Activistas por la vida”
Con la participación de:
  • Gervasio Sánchez, autor
  • Leopoldo Blume, editor
  • Alex Guillamon, Entrepobles

Organizan: Blume – Casa América Catalunya – Entrepobles – Agència Catalana de Cooperació de Catalunya


➕ Súmate al Concierto virtual “Justicia para Berta” organizado por el COPINH



SÍGUENOS TAMBIÉN EN CULTOPÍAS

Cultopías, “IniciARTivas” para cambiar o mundo

Fai xa case unha década dende que decidimos crear Cultopías, un espazo web onde homenaxear, agradecer e dar a coñecer a persoas e colectivos que poñen as súas experiencias creadoras e xenerosidade solidaria ao servizo da transformación social e cultural.

Cultopías naceu, impulsada con esa pretensión de amosar as diversas maneiras nas que as disciplinas artísticas se achegan ás problemáticas sociais, que acompañan a vida social e cultural nos países obxecto da nosa preocupación, que serven de apoio e reforzo ao traballo solidario e de denuncia que dende Entrepobos queremos e impulsamos. Referímonos a aquelas persoas, entidades sociais e colectivos que fan do teatro, da música, da escritura, da imaxe, etc., a súa aportación a esa solidariade e denuncia da que falamos.

Para incluír ese apartado social, necesitabamos un novo espazo que visibilizara noticias, sinalara enlaces a outras webs, dera a coñecer locais, artistas e as súas obras e informara de estreas culturais con compromiso social. Unha ferramenta difusora de experiencias artísticas e de encontro cunha mirada transformadora e uns obxectivos moi nidios: fomentar a cooperación solidaria e a educación emancipadora a través das disciplinas artísticas e culturais, así como achegar e pór en valor o punto de encontro entre arte e compromiso social ao servizo da solidariedade e o traballo social como ferramenta de recursos para a cidadanía global a través de Cultopías.

Nestes dez anos, Cultopías amosou perto de mil noticias e creacións que agardamos serviran polo menos para dar a coñecer distintas experiencias culturais transformadoras arredor do planeta. Algunhas delas están vinculadas directamente cos colectivos e movementos sociais cos que traballamos ou acompañamos en distintos países, outras moitas son tamén iniciativas profesionais que coa súa calidade facilitan a comunicación.

Porén, á altura de 2018, o sistema de publicación de Cultopías quedara obsoleto e incompatible coas novas versións de linguaxe de programación, e isto facía que a web fora moi vulnerable. Estas circunstancias “técnicas” animáronnos a repensar a web cun novo deseño e outro enfoque menos estático que a versión anterior, con novos sistemas de xestión de contidos, cun sistema de software aberto e libre, acorde cos principios de Entrepobos, e que se adapta mellor ao uso das redes sociais.

A través do proxecto “Cultopías, iniciativas para transformar o mundo”, cofinanciado pola Xunta de Castela e León, puidemos poñernos a esta tarefa.

Para esta nova estrea, pensamos oportuno recoller as consideracións dos representantes de colectivos de Castela e León vinculados á arte, á xestión cultural e a ONGs. Para iso, preparamos numerosas entrevistas presentándolles a iniciativa, artellando propostas e suxerencias, e valorando a súa necesidade. Deste xeito xurdíu este proxecto, que dende a súa orixe foi creado a modo de mochila ou macuto no que reunir “IniciARTivas” “ARTivistas”, experiencias artísticas ou eventos culturais, nacionais e internacionais, que acompañan e poñen voz ás loitas dos movementos pola xustiza social.

Os contidos da nova Cultopías consisten en hipervínculos a PDF que xa son públicos, tráileres que figuran nas webs oficiais, espazos públicos de libre difusión e/ou creative commons. Ningún enlace se vincula a obras protexidas por dereitos de autor-a, e todos son sen ánimo de lucro. Neste punto, tamén cabe resaltar que as ilustracións de Pep Boatella  www.pepboatella.com son creacións orixinais realizadas especificamente para Cultopías, para o que contamos coa súa cesión de uso.

Con el realizamos a presentación pública da nova Cultopías en Castela e León, xunto cunha serie de actividades entrelazadas cos obxectivos da web en diversas localidades de Castela e León contando coa colaboración da activista dos dereitos das mulleres e líder indíxena guatemalteca, Lolita Chávez, con La Otra, cantautora e música involucrada cos movementos sociais e o feminismo, presentada polas cantantes vallisoletanas Ley Mostaza, así como coa ácida ironía e afiado humor sarcástico de Irantzu Varela, introducida por Susana Rioseras, polifacética creadora artística burgalesa.

E é que nestes tempos estraños que nos tocou vivir, fíxose máis palpábel se é posible a necesidade deste tipo de iniciativas “IniciARTivas” e “ARTivistas”, que traballan, antes e despois da COVID-19, en pro da transformación social, para potenciar a voz de colectivos e persoas preocupadas polos problemas sociais alarmantes, modelos e ritmos de vida que temos levado ata agora, tremendamente inxustos e fráxiles, que nos levan a crer, agora máis ca nunca, na necesidade de estimular a creatividade e a comunicación colectiva mediante a palabra, o corpo e a interacción a través dos medios dispoñibles, para facer efectiva a necesidade de xerar conciencia social e esixir compromisos aos que nos gobernan.

O noso afán reside en poder dar unha longa continuidade no futuro a este proxecto, máis dinámico e próximo, para que todo o traballo e a bagaxe acumulada nas nosas costas non caia nun saco roto, e para iso necesitamos as túas Cultopías. Porque queremos seguir avivando a chama do activismo e a mobilización cidadá, continuar chegando á xente, a un gran público cada vez máis diverso e inquedo ao que saciar as súas ganas de sabe, á vez que xeramos máis fame de coñecementos, de expandir os seus horizontes culturais e ampliar as súas miras cara a unha visión máis prismática e periférica da realidade, a través doutras existencias. Vidas cargadas de problemas apremantes que se amorean neste sistema neoliberal e machista que dá máis poder ás multinacionais extractivistas que aos dereitos humanos, e que alimenta crises climáticas que expulsan a comunidades e pobos dos seus territorios provocando migracións que, á súa vez, pechan portas a aquelas persoas que se ven na obriga de migrar.

E a través deste camiñar chegamos a ti que nos les, e que te moves no ARTivismo. Desexamos compartir contigo este proxecto, ao que te convidamos a participar. Acompáñanos para poder achegar os teus coñecementos e saberes, e quen sabe… quizais crear algo xuntas.

Carolina Sáez, Elena Fraile e Manuel Espinilla (Entrepueblos Valladolid)

Boletín 74: Activistas pola vida

A diez años de la primera sentencia a Texaco-Chevron por su crimen en la Amazonía Ecuatoriana

Conmemoramos diez años de la primera sentencia que declara culpable a Texaco-Chevron por su crimen en la Amazonía Ecuatoriana

LAGO AGRIO.- El 14 de febrero, del 2011

Luego de más de 18 años de lucha jurídica,  el presidente de la Corte provincial de Justicia de Sucumbíos en Lago Agrío, dictó la primera sentencia condenatoria en contra de la empresa Petrolera Chevron (antes Texaco). Más de 30.000 personas, pertenecientes a ocho Pueblos y Nacionalidades Indígenas (Cofán, Kichwa, Siekopai, Siona, Shuar, Waorani) y diversas comunidades colonas, tenían razón en sus reclamos.

Esta sentencia fue ratificada por todas las instancias judiciales del Ecuador, incluso en junio 2018 por la Corte Constitucional del Ecuador, que emitió su fallo inapelable e imprescriptible, con el cual puso fin al litigio en el Ecuador. Desfortunamente, dos meses despuès, Chevron obtuvo un laudo arbitral favorable a la petrolera que entre otras cosas dispone que el Gobierno del Ecuador realice todas las acciones necesarias para que logre la nulidad de la sentencia del caso Lago Agrio, además que impida que los demandantes del caso Lago Agrio podamos realizar la ejecución de la sentencia fuera del Ecuador.

Somos conscientes de la necesidad de globalizar esta lucha colectiva.

En este proceso, nos hemos unido a una campaña internacional para elaborar junto a centenares de organizaciones un Tratado vinculante para que las trasnacionales respeten los derechos humanos  actualmente debatido en las Naciones Unidas.

Participamos en la campaña internacional en contra los laudos arbitrales privados que ponen los intereses de las transnacionales por encima de los derechos humanos. En septiembre de 2020, una corte Holandesa, emitió una sentencia de primera instancia, favorable a Chevron y contraria al Estado ecuatoriano. No siendo las personas afectadas parte de ese proceso judicial, es indudable la afectación a los derechos humanos.

Además, ha sido necesario el apoyo de más de 240 organizaciones representando más de 285 millones de miembros en el mundo, para que el Estado ecuatoriano siga con su acción de nulidad del laudo arbitral delante de las cortes holandesas. Desafortunadamente hasta ahora, el Estado no ha dado ninguna información sobre el contenido o los resultados de esa acción.

 

Ver noticia completa: http://www.udapt.org/conmemoramos-diez-anos-de-la-primera-sentencia-que-declara-culpable-a-texaco-chevron-por-su-crimen-en-la-amazonia-ecuatoriana-2/

NOTA-PRENSA.-10-ANOS-DE-SENTENCIA-ESP

Unha montaña {zapatista} en alta mar

O comunicado do Exército Zapatista de Liberación Nacional, intitulado “Unha montaña en alta mar”, pódese ler en: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2020/10/05/sexta-parte-unamontana-en-altamar/

Dado a coñecer polo seu voceiro, o Subcomandante Moisés, o 5 de outubro pasado, contén reflexións de longo alcance sobre a realidade nacional e mundial, así como o anuncio dunha vindeira saída de delegacións zapatistas polos cinco continentes, empezando por Europa, e planeando chegar a Madrid, a capital española, o 13 de agosto do 2021, “500 anos despois da suposta conquista do que hoxe é México.”

Nese mundo que os maias zapatistas observan “enfermo e fragmentado en millóns de persoas, empeñadas na súa supervivencia individual, pero unidas baixo a opresión dun sistema que vai en contra da existencia do planeta Terra”, coa “natureza ferida de morte, e que, na súa agonía, advirte á humanidade de que o peor está aínda por vir”, as súas delegacións irán a atopar, sosteñen, “o que os fai iguais.”

Queren, especificamente, falar co pobo español: “Non para ameazar, reprochar, insultar ou esixir. Non para demandarlle que nos pida perdón. Non para servilos nin para servirnos. Iremos dicirlle ao pobo de España dúas cousas sinxelas: Unha: Que non nos conquistaron. Que seguimos en resistencia e rebeldía. Dúas: Que non teñen por qué pedir que lles perdoemos nada. Xa basta de xogar co pasado distante para xustificar, con demagoxia e hipocrisía, os crimes actuais e en curso, como o irmán Samir Flores Soberanes; os xenocidios agochados detrás de megaproxectos, concebidos e realizados para contento do poderoso –o mesmo que flaxela todos os recunchos do planeta; o alento monetario e de impunidade para os paramilitares; a compra de conciencias e dignidades por 30 moedas.

Quieren, específicamente, hablar con los pueblos del estado español: “No para amenazar, reprochar, insultar o exigir. No para demandarle que nos pida perdón. No para servirles ni para servirnos. Iremos a decir dos cosas sencillas: Uno: Que no nos conquistaron. Que seguimos en resistencia y rebeldía. Dos: Que no tienen por qué pedir que los perdonemos nada. Ya basta de jugar con el pasado lejano para justificar, con demagogia e hipocresía, los crímenes actuales y en curso, como el del hermano Samir Flores Soberanes; los genocidios escondidos detrás de megaproyectos, concebidos y realizados para contento del poderoso –el mismo que flagela todos los rincones del planeta; el aliento monetario y de impunidad para los paramilitares; la compra de conciencias y dignidades por 30 monedas.”

” Perante as manipulacións da historia dende o poder presidencial, fanse patentes as críticas severas do zapatismo ao que considera “nacionalismo trasnoitado”, que “quere sementar o rancor racial (…) co suposto esplendor dun imperio, o azteca, que medrou a costa do sangue dos seus semellantes, e que nos quere convencer de que, coa caída dese imperio, os pobos orixinarios destas terras fomos derrotados. Nin o Estado Español nin a Igrexa Católica teñen que pedirnos perdón de nada. Non nos faremos eco dos farsantes que se asentan sobre o noso sangue e así agochan que teñen as mans manchadas dese sangue.”

Sinalan que os poderosos se ocultan e repregan nos chamados Estados Nacionais e os seus muros. “E, nese imposible salto cara atrás, reviven nacionalismos fascistas, chauvinismos ridículos e unha chea de leriantes enxordecedores”, e, neste punto, advirten de guerras por chegar, “as que se alimentan de historias falsas, ocas, mentideiras e que traducen nacionalidades e razas en supremacías que se imporán pola vía da morte e destrución.”

E nesa escuridade e confusión que precede a esas guerras, o zapatismo denuncia “o ataque, asedio e persecución de calquera asomo de creatividade, intelixencia e racionalidade. Fronte ao pensamento crítico, os poderosos demandan, esixen e impoñen os seus fanatismos.”

Esta afouta iniciativa de viaxe planetaria correspóndese coa súa persistente vontade política de romper os valos que o Estado mexicano impuxo ao EZLN nas múltiples frontes da guerra contrainsurxente –militar, paramilitar, mediático, redes sociais, programas clientelares, campañas difamatorias delirantes–, ben sexa coa histórica multiplicación de cinco a 12 Xuntas de Bo Goberno, que tivo lugar no 2019; as reunións internacionais de miles de mulleres de máis de 40 países nos seus territorios, en 2018 e 2019; o seminario sobre o pensamento crítico fronte á hidra capitalista, no que se convocou á formación do intelectual colectivo que require a loita dos pobos, en 2015; os cursos da “Escuelita”, en 2013, na que compartiron o seu proceso autonómico; as marchas multitudinarias polas cabeceiras municipais en 2012, con motivo da “fin do mundo”; e os seus percorridos, xa memorables, polo país, como as dos 1111, en 1997, ou a Marcha da Cor da Terra de 2001, o Encontro Intergaláctico de 1996, a primeira reunión contra o neoliberalismo no ámbito mundial, despois da implosión da URSS e o suposto “fin da historia”.

Ese infundio dun movemento illado, esencialista, corporativo, propalado polos servizos de intelixencia do Estado mexicano e os seus voceiros nos medios de comunicación de pago, e que agora retoman os defensores a ultranza da 4 T, non ten ningún viso de credibilidade ou sustento.

Fronte a neoliberais e neoconservadores, o EZLN representa a conciencia crítica do país, invisibilizada por uns e por outros. Porén, a súa mensaxe de resistencia, rebeldía e vida atopará, sen dúbida, oídos receptivos, nese mundo novo que se construirá dende abaixo.

Gilberto López y Rivas

Boletín 74: Activistas pola vida

 

#ViajeZapatistaPorLaVida

A deforestación detrás do impacto dos furacáns

“Vai seguir chovendo sobre mollado. A terra xa non aguanta tanta auga”. Así se expresaba en Twitter o pasado luns, 23 de novembro, a lideresa afrodescendente da Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH).

E non lle faltaba razón. A madrugada seguinte, a cidade de La Lima, no norte de Honduras, volvía inundarse por cuarta vez en dúas semanas. A auga que deixou sobre o país esta temporada ciclónica, especialmente tras o paso dos furacáns ETA e IOTA, fixeron que os ríos Chamelecón e Ulúa medraran considerablemente. As primeiras chuvias do mes de novembro levaron por diante a Canle Maia e as marxes de contención que protexen esta cidade situada case na costa caribeña. Xa sen esa protección, a auga, o lodo e as pedras ocuparon vivendas e colleitas. Unha imaxe que se repetiu en todo o Val de Sula.

Ata hai varias décadas, ríos como o Chamelecón e o Ulúa, que forman parte da grande rede hidrográfica de Honduras, eran mesmo aptos para a navegación durante todo o ano. Porén, nalgunhas zonas converteuse en ásperos canóns que, nos meses de verán, se poden cruzar camiñando. Ata que veñen chuvias como as das últimas semanas.

Cada vez son máis os expertos que, xunto a outros factores, vinculan estes desbordamentos de ríos e inundacións coa deforestación. Segundo explica Héctor Orlando Portillo, biólogo da Fundación de Ciencias para o Estudo e Conservación da Biodiversidade, “isto ocorre como consecuencia da deforestación nas partes altas, medias e baixas das zonas onde nacen estes ríos. Un dos factores para que esta acción se dea, é a problemática social e económica da nosa poboación, como consecuencia da desatención dos gobernos que eternamente a marxinou”. De acordo con datos do Centro Agronómico Tropical de Investigación e Ensinanza, nos últimos sesenta anos deforestáronse en Honduras arredor de 1.2 millóns de hectáreas. Só nos últimos 20 anos, teríanse perdido entre 23.000 e 58.000 hectáreas anuais.

O enxeñeiro especialista en Manexo e Xestión de Catástrofes Naturais de Orde Hidrolóxica, Juan Mejía, explicou a Radio Progreso que Honduras é un país no que o 77% da súa xeografía é montañosa, pero coa tala de árbores as montañas perderon a súa capacidade de retención de auga. A medida vai perdendo a súa cobertura boscosa, prodúcense esvaramentos, erosión e os ríos acaban arrasando todo o que atopan ao seu paso. Isto é precisamente o que pasou no Val de Sula, onde as grandes extensións de monocultivos de arroz, cana de azucre e, en menor medida, banano contribuíron tamén a estes efectos. “Se as montañas do centro e o occidente do país están debidamente reforestadas, os solos van ser máis resilientes e van ter capacidade para reter a auga e despois ir liberándoa pouco a pouco”. Neste sentido, Juan Mejía, tamén responsable da área de investigación do Movemento Amplio pola Dignidade e a Xustiza (MADJ) sinala que “a política forestal non só ten que ver cos prezos da madeira; ten que ver co que os bosques significan para estas serranías”.

“Temos que esixir ás empresas depredadoras que están destruíndo a natureza, que paren xa. Como non se van desbordar todos estes ríos se arriba, nas nacentes de auga, non só vive xente senón que hai proxectos que destrúen os bosques”, denuncia Miriam Miranda, mentras lembra que Honduras necesita que os bosques poidan captar a auga da chuvia e que aí repouse antes de descender ás zonas baixas onde vive a xente. Miranda refírese tamén ao cambio climático ante o que Honduras é un dos tres países máis vulnerables de acordo co Índice de Risco Climático de Germanwatch de 2018.

A loita polos bosques

Xunto á deforestación, dende o MADJ refírense tamén a outras prácticas empresariais como as construcións a gran escala e en zonas non aptas para habitar, a extracción desmedida de minerais, a adulteración e cambios de dirección nas canles dos ríos que, aseguran “están vinculadas a un modelo económico que despoxa e asasina a quen se opoña a estas prácticas”. De feito, segundo o informe de Global Witness (2019), hoxe en día Honduras converteuse no lugar máis perigoso do mundo – por asasinato per cápita– para as persoas defensoras da terra e do medio ambiente. Estas persoas son vítimas da maioría dos casos de violencia, difamación e criminalización. Se atendemos ás cifras proporcionadas por Vía Campesiña, actualmente en Honduras hai un total de aproximadamente 7,000 persoas criminalizadas, 1,700 das cales son mulleres.

Unha destas mulleres que enfronta ameazas e incidentes pola súa defensa do territorio é María Felicita López, indíxena feminista do Departamento de A Paz. Dende o seu municipio, Santa Elena, leva anos defendendo o patrimonio natural dos intereses hidroeléctricos vinculados de unha deputada do Congreso Nacional de Honduras. Dende hai tempo traballa tamén para evitar os máis de 26 plans de manexo e permisos ambientais para a explotación de madeira que actualmente existen no seu departamento. “O Instituto de Conservación Forestal (ICF) otórgaos sen consultar ás comunidades e pobos e sen averiguar o impacto ambiental que isto vai ter sobre as fontes de auga das comunidades”, explica Felicita López.

Precisamente para evitar este aumento da deforestación, e conscientes da importancia de defender a terra e o territorio, organizacións campesiñas como a CNTC e Vía Campesiña presentaban o pasado mes de febreiro a proposta de Lei de Emerxencia para a Reactivación do Sector Agrícola, Pecuario e Forestal para o Combate da Pobreza. Entre as propostas deste documento atópase “un plan masivo de reforestación con preferencia nas zonas de reserva e concas hidrográficas produtivas de auga a nivel nacional”. Desta maneira, evitar que, unha vez máis, chova sobre mollado.

Brigadas de Paz Honduras

Boletín 74: Activistas pola vida

Activistas pola vida en Centroamérica

Centroamérica é unha das rexións máis privilexiadas, e duras ao mesmo tempo, do planeta. A súa ubicación, conectando o Norte e o Sur de Abya Yala –terra en plena madureza, como chamou o pobo kuna a América-, entre o Caribe e o Pacífico, atravesada por cordilleiras e volcáns, bosques e selvas tropicais, sacudida por furacáns e terremotos, converteu esta estreita cintura nunha paisaxe orixinal rebordante de auga e biodiversidade, ademais de riquezas minerais.

No que hoxe son Guatemala e Honduras, asentáronse os pobos que deron orixe á civilización maia, unha das máis complexas e avanzadas da antigüidade. Porén, estes pobos viron bruscamente truncado o seu devir hai uns 500 anos, coa chegada dos galeóns, a pólvora, o cabalo, a varíola e a cruz da colonización española. A partir de entón interrompeuse o desenvolvemento endóxeno da súa economía, sociedade e cultura, e impúxose outro tipo de desenvolvemento orientado ao servizo das sucesivas potencias coloniais que os parasitaron.

Estas potencias botaron man tamén do secuestro de centos de miles de persoas en África para esclavizalas en minas, plantacións e servidumes domésticas, cuxa descendencia atopamos hoxe principalmente na costa atlántica da rexión.

Baixo maneiras e actores diferentes, e ata os nosos días, o colonialismo tivo como finalidade principal a apropiación desas materias primas que a rexión ofrecía, e segue ofrecendo, en abundancia.

Precisamente é a isto ao que o economista ecuatoriano Alberto Acosta denomina “a maldición da abundancia”. Actualmente as rexións máis ricas en bens naturais, parecen condenadas a vivir nas sociedades máis desiguais e violentas. E hoxe esa maldición ten un diagnóstico: extractivismo.

Vivimos nun mundo no que o 1% da poboación mundial posúe tanto diñeiro líquido ou investido como o 99% restante. No que o valor nominal dos derivados financeiros supera en moito máis de 10 veces o valor do PIB mundial. E no que unha grande parte destes investimentos financeiros, demandan a extracción a gran escala de materias primas, para exportalas en cadeas transnacionais para a súa transformación industrial en enerxía e “bens de consumo”, e, polo tanto, en beneficios lucrativos, unha grande parte destes beneficios acaba acubillado en paraísos fiscais. Ao mesmo tempo moitas destas materias primas son cada vez máis escasas, é dicir, teñen un horizonte de esgotamento máis próximo, o que acentúa a súa cobiza, en lugar da súa protección.

Se, noutros tempos, a apropiación dos bens naturais se fixo mediante un réxime colonial directo, agora este papel Lévano a cabo os chamados “tratados de comercio e investimento”, entramados xurídicos que blindan os dereitos dos investidores, empresas ou grupos transnacionais, por riba do resto de dereitos implicados.

E é que o desenvolvemento pleno do extractivismo acaba requirindo modelos políticos coercitivos e autoritarios, sen mecanismos de control, diálogo ou compensación. Require a eliminación de trabas ao seu desenvolvemento, como son as institucións e leis que regulan a protección da natureza, as liberdades cidadás, a vida libre de violencias para as mulleres ou o control da corrupción.

Centroamérica é unha desas rexións do mundo na que a presión dos intereses extractivos sobre os ecosistemas, sobre as comunidades humanas e sobre a gobernabilidade democrática é tan intensa que crea unha atmosfera irrespirable.

Tan irrespirable que miles de familias se ven abocadas a un éxodo de alto risco: máis de 3 millóns e medio lograron esquivar os muros de Estados Unidos e 800 mil solicitaron asilo en Europa -ás que se suman outros centos de miles de rexeitadas ou invisibilizadas-. Irrespirable especialmente para as mulleres, albo de todas as maneiras de violencia patriarcal, cos máis altos índices de feminicidios e impunidade no mundo. Irrespirable para calquera persoa que se empeñe en defender os seus dereitos, os da súa comunidade ou os da natureza, como testifican as cifras de defensoras criminalizadas, acosadas e asasinadas na última década.

Pero teríamos unha visión moi parcial do que está a ocorrer en Centroamérica se soamente dirixíramos a nosa ollada cara a estas tendencias destrutivas. Como adoita dicir o ambientalista mexicano Gustavo Castro, se hai conflito é porque hai resistencia.

Ao mesmo tempo que todo o anteriormente descrito, hoxe, tanto en Honduras como en Guatemala, vemos a centos de comunidades indíxenas e campesiñas plantándose nos seus territorios fronte a poderosos intereses e conseguir en moitos casos protexelos. Vemos tamén as mulleres xogando un papel cualitativamente decisivo nestas resistencias e facéndose valer fronte a todo tipo de fustrigadas patriarcais. Vemos comunidades definindo os seus proxectos de vida, baseados tanto nas cosmovisións ancestrais herdeiras das súas matrices culturais orixinarias, como en conceptos e prácticas acuñadas por movementos sociais das últimas décadas como a soberanía alimentaria, a agroecoloxía, a economía social, a autoxestión territorial ou os feminismos. Ou dando pé a conceptos mixtos como o do feminismo comunitario.

A vida exprésase a través destas persoas e comunidades diversas que, contra prognóstico, arríscano todo tratando de converter en osíxeno socialmente respirable a atmosfera tóxica do extractivismo. Tal como din, “somos a natureza defendéndose”… E defendéndonos, a toda a humanidade, habería que engadirlle.

Nestes tempos en que nos países industrializados esperta a conciencia sobre a emerxencia climática e ecolóxica, estes rostros e voces que nos chegan dende Centroamérica propoñen a necesidade de cuestionar o modelo de crecemento ilimitado de consumo material como base do benestar. A súa mensaxe advírtenos de que, esgotando os bens naturais e a biodiversidade destes territorios, estamos socavando as mesmas bases da nosa propia supervivencia.

Convídannos a responder á cadea transnacional do extractivismo coa cadea internacional da solidariedade, é dicir, da conciencia de que neste mundo social e ecoloxicamente interconectado, cada agresión a unha persoa defensora, cada extinción dunha nova especie, cada hectárea de bosque incendiado, cada río secuestrado, sexa onde for, aféctanos cada vez máis directamente.

Protexer as comunidades que defenden os seus territorios e as súas culturas é, pois, protexer a cadea global da vida. E podemos facelo de varias maneiras, entre elas:

– Poñendo a intención nos nosos hábitos personais e familiares, para diminuír o consumo, apostando polos circuítos de proximidade e a reciclaxe, evitando alimentar as cadeas transnacionais do extractivismo e as vulneracións de dereitos.

– Esixindo aos nosos gobernos que promovan mecanismos internacionais vinculantes de defensa dos dereitos humanos e da natureza, fronte á impunidade con que demasiados investimentos transnacionais evaden hoxe as súas responsabilidades.

– Abrindo os nosos ollos aos rostros e nomes das persoas e comunidades que están sendo ameazadas por defender os seus territorios. Achegándoas, para facerlles presente a nosa compañía. Con accións de presión para que as institucións nacionais e internacionais non se desentendan da obriga de protexer a vida por riba de todo. Rexeitando o acoso, o uso da violencia e o asasinato como recursos válidos no investimento empresarial.

– Apoiando no noso país os dereitos das persoas inmigrantes-refuxiadas, que tiveron que fuxir da violencia e a destrución de condicións de vida digna, fronte ás leis e prexuízos xenófobos e racistas.

É por esa contribución que queremos agradecer en primeiro lugar ao fotoxornalista e amigo Gervasio Sánchez que teña posto o seu ollo e a súa cámara, a súa profesionalidade solidaria e o seu tan solicitado tempo a disposición deste proxecto de “Activistas pola Vida”, que, articulado en torno a unha exposición fotográfica, desprega unha serie de formatos audiovisuais, comunicativos  e didácticos para tender unha ponte de solidariedade coas persoas defensoras e as súas comunidades. E, por suposto, a todas as persoas protagonistas desta historia, as que aparecen e as que preferiron non aparecer, ás queridas organizacións e comunidades de Guatemala e Honduras que nos brindaron a súa confianza e a súa colaboración para que este proxecto fora posible. Ao Institut de Drets Humans de Catalunya que nos acompaña no proxecto. E á Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament que creeu e apostou dende o primeiro momento por esta proposta.

Agora a continuidade desta historia está tamén nas túas mans.

 

Àlex Guillamón. Entrepobles

 

 

Por un Pacto Ecosocial coa desobediencia

Por definición, un pacto formula un acordo entre dúas ou máis partes, moitas veces solemne, onde se establece unha obediencia a cumprir os puntos establecidos no que pode ser ou non un contrato formal, en ocasións conseguido mesmo por debaixo da mesa.

Tan agobiante definición pode xerar confusións, máis cando de maneira errada se meten nun mesmo saco todos os pactos nacidos nestes convulsos tempos. Pese a iso, o Pacto Ecosocial do Sur non propón un acordo formal para cumprir unha folla de ruta pechada, nin propón unha listaxe de demandas dirixidas aos gobernantes. Non é un Pacto co Poder, nin para acceder ao Poder; este Pacto enuncia ideas de cambio das forzas sociais que o impulsan.

Vivimos a peor crise moderna da humanidade; unha crise que rebasa o azoute sanitario do coronavirus, pois descóbrense as fracturas multifacéticas e sistémicas da civilización dominante. No medio desa crise e, pese ao illamento físico, un grupo de persoas sintonizadas dende hai tempo, elaborou un documento curto propoñendo o que, ao meu xuízo, é un pacto coa desobediencia, buscando alternativas sistémicas e concertadas con diversos procesos sociais.

En clave de transicións (en plural), sen esquecer o horizonte utópico, formúlanse nove puntos de acción: unha transformación tributaria solidaria na que “quen ten máis, paga máis”;

  • anular as débedas externas estatais e construír unha nova arquitectura financeira global, como primeiro paso de reparación histórica da débeda ecolóxica e social contraída polos países centrais dende a colonia;
  • crear sistemas nacionais e locais de coidado onde a sostibilidade da vida sexa o centro das nosas sociedades, entendendo o coidado como un dereito que esixe un papel máis activo do Estado, en consulta e corresponsabilidade permanente con pobos e comunidades;
  • saír da trampa da pobreza extrema cunha renda básica universal que substitúa as transferencias condicionadas focalizadas de herdanza neoliberal;
  • impulsar a soberanía alimentaria combinada con políticas que redistribúan a terra, o acceso á auga e unha profunda reforma agraria, afastándose da agricultura industrial de exportación e os seus nefastos efectos socioambientais;
  • construír economías e sociedades postextractivistas para protexer a diversidade cultural e natural dende unha transición socio-ecolóxica radical, impulsando saídas ordenadas e progresivas da dependencia do petróleo, carbón e gas, da mineiría, e dos grandes monocultivos, freando a deforestación masiva;
  • recuperar e fortalecer espazos de información e comunicación dende a sociedade, actualmente dominados polos medios de comunicación corporativos e as redes sociais que forman parte das corporacións máis poderosas dos nosos tempos, para disputar os sentidos históricos de convivencia;
  • fortalecer a autonomía e sostibilidade das comunidades locais fronte á fraxilidade das cadeas globais de produción, para potenciar a riqueza dos esforzos locais e nacionais;
  • e, concluíndo esta listaxe sempre preliminar, propiciar unha integración rexional e mundial soberana, favorecendo os sistemas de intercambio local, nacional e rexional, con autonomía do mercado mundial globalizado e enfrontando o monopolio global corporativo.

Moitas destas ideas aparecen noutros documentos elaborados nestes anos, non só durante a pandemia. A diferenza radica en que este Pacto Ecosocial propón accións concretas a curto prazo sen esquecer as utopías e a imperiosa necesidade de construír imaxinarios colectivos, para acordar un rumbo compartido de transformacións radicais e unha base para camiñar con plataformas de loita nos máis diversos ámbitos das nosas sociedades.

A crise que se puxo de manifesto pola pandemia potenciou as desigualdades e amosa, se cabe con máis brutalidade que antes, a incerteza e fraxilidade do noso futuro, sempre en xogo. Tócanos enfrontar un mundo desigual e inequitativo en extremo, pragado de todo tipo de violencias (patriarcais, racistas, extractivistas…) que aumentan aceleradamente coa pandemia. Pero tamén é unha enorme oportunidade para (re)construír o noso futuro dende principios básicos para unha vida digna: o coidado, a redistribución ou o reparto, a suficiencia e a reciprocidade, dende bases comunitarias e autonómicas antes que estatais. En concreto, o campo principal de acción aparece onde podemos actuar propiciando vidas mancomunadas, en espazos comúns: plurais e diversos, con igualdade e xustiza, con horizontes construídos colectivamente, para resistir o crecente autoritarismo e construír simultaneamente todas as alternativas posibles.

En realidade este Pacto vén dende abaixo, dende os movementos sociais e a Nai Terra (orixe e base de todos os dereitos); iso sen ocultar a responsabilidade dos que o redactaron. Este Pacto xurde, en definitiva, dende múltiples loitas de resistencia e de re-existencia na nosa rexión, mesmo se sintoniza coa longa memoria dos pobos orixinarios, algunhas de cuxas máis importantes organizacións o respaldan.

Así, dende esas loitas, reflexións e realidades se propón este Pacto Social, Ecolóxico, Económico e Intercultural dende o Sur, dende América Latina, dende Abya Yala e Afro-Latinoamérica, proxectándoo aos sures do mundo, convocando a desobedecer e confrontar o poder para enterrar o mundo do capital e crear un mundo novo. E para conseguilo, camiñando dende o aquí e o agora, as persoas que escribimos este Pacto buscamos horizontes de transformación civilizatoria, en esencia postcapitalistas, tanto para superar o antropocentrismo, como a colonialidade, os racismos e o patriarcado. O fin é construír un mundo onde caiban moitos mundos -un pluriverso- pensados dende as perspectivas, desexos e loitas dos pobos e os seus dereitos.-

 

Alberto Acosta. Economista ecuatoriano. Profesor universitario. Compañeiro de loita dos movementos sociais. Xuíz do Tribunal Internacional dos Dereitos da Natureza. Ministro de Enerxía e Minas de Ecuador (2007). Presidente da Asemblea Constituínte de Ecuador (2007-2008).

 

Imaxe da portada: https://www.connectas.org/peru-semana-jovenes-salvaron-historia/

A pandemia xerou unha explosión das débedas domésticas

As contas impagadas por alugueres e servizos de luz, auga, gas e acceso a conectividade medraron a ritmo acelerado nestes meses de illamento social para protexerse do coronavirus. O carácter feminizado das economías precarizadas son hoxe obxecto preferido de endebedamento.

A corentena pode lerse dende o punto de vista de cales son os movementos que xeran débedas e cales os que xeran rendas. Con ese método, non só se evidencia quen pode quedar na casa e quen non. Tamén como moverse ou ficar ten efectos diferenciais en termos de ingresos e débedas.

Por iso, non hai xeito de pensar a crise habitacional, sen a débeda en aumento de inquilinas e inquilinos, así como non se acadou a pór de manifesto a falla de acceso a conectividade nos barrios máis precarizados ata que a débeda por móbiles se evidenciou como un custo exorbitante en plena pandemia. A renda inmobiliaria e a renda financeira aproveitan a inmobilidade.

Que papel está a xogar o endebedamento a nivel global e a nivel doméstico neste momento de crise? Na nosa investigación Una lectura feminista de la deuda (2019) temos analizado cómo o endebedamento público, acelerado exponencialmente nos últimos catro anos, se traduciu en políticas de axuste que se botaron enriba dos fogares como débeda doméstica.

Xunto á inflación asoballante e a consecuente perda de poder adquisitivo de subsidios e salarios, produciuse unha realidade na que se tornou obrigatorio o endebedamento para acceder a bens tan básicos como alimentos e medicamentos. Aquí a débeda doméstica aparece na súa dimensión máis política: como xeito de metabolizar os efectos de axuste, o quel obriga a completar os ingresos sempre insuficientes para un consumo de produtos cada vez máis dolarizados (alimentos, medicamentos, alugueres).

Desta maneira, a débeda nas familias opera tamén como mecanismo que obriga á precarización: á aceptación de traballos cada vez peor pagados. Isto fai que as débedas terminen organizando e comandando as formas laborais, sendo un motor interno da flexibilidade sen límites e unha maneira de explotación que acada intensificarse e adaptarse a realidades laborais cada vez máis heteroxéneas.

As finanzas, desposuídas do puro tecnicismo e pensadas no seu impacto cotián, deben comprenderse en termos dunha lóxica extractiva do capital, organizando o que chamamos “extractivismo financeiro”.

Vivenda e aluguer

Nos meses de illamento social, preventivo e obrigatorio constátase o aumento acelerado da pobreza e situacións de precariedade xeralizada e, en consecuencia, o incremento moi forte de débedas nos fogares. A diminución de ingresos para a grande parte da poboación que non ten emprego asalariado fixo, o recorte de soldos mesmo para os que si o teñen, e os despedimentos forman parte da paisaxe de veloz pauperización e o suplemento da débeda á hora de “salvar” o momento.

Queremos puntualizar aquí as novas maneiras de endebedamento que se están producindo na crise, a partir dun traballo de enquisas e entrevistas que realizamos sumado a outras fontes que vimos sistematizando. Un dos centros do conflito actual é a vivenda.

A partir do imperativo #QuedanaCasa revelouse a dificultade do que isto significa no contexto actual e, en particular, co aumento da violencia de xénero que se rexistra en condicións de confinamento. Amoreamento, barrios enteiros sen auga e alugueres que se tornan impagables. Isto é efecto do acelerado proceso de financiarización do acceso á vivenda (cada vez máis cara e escasa) e que ten na toma de terras un dos seus elos evidentes.

Segundo unha enquisa realizada mensualmente pola Federación de Inquilinos, máis do 60 % dos que alugan endebedáronse dalgunha maneira (con préstamos bancarios e non bancarios ou con familiares ou amizades) fronte á imposibilidade de pagar o aluguer dende maio.

A débeda por razón da vivenda expresa o que denominamos violencia propietaria: que se concreta no abuso directo de donos e inmobiliarias que aproveitan a situación crítica para ameazar, amedrentar, non renovar contratos ou directamente desaloxar. Sobre todo, é caldo de cultivo para forzar ao endebedamento e, a medida que os meses pasan, a financiar débeda con máis débeda.

Sabemos que para moitos fogares, a débeda é o primeiro chanzo cara ao desaloxo e, á vez, a maneira de aprazalo, de postergarlo. Pero esa violencia propietaria tamén recrúa no mercado inmobiliario informal, cando as casas son habitacións de hotel ou cuartos alugados nunha vila ou casas compartidas en asentamentos, onde en xeral non hai contrato nin recibo de pagamento polo medio, pero os custos e o axuste inflacionario dos montos son iguais ou maiores dos que implica o aluguer dun apartamento pequeno.

É unha novidade das tomas de terras destes meses que a meirande parte dos que explican a súa situación refírense á imposibilidade de seguir pagando alugueres e a débedas acumuladas por vivenda.

Estas débedas, ademais, buscan confiscar dende agora ingresos do futuro: sexan soldos ou subsidios por vir; ou, directamente, obrigan á asunción de novas débedas con circuítos familiares e informais. Isto tamén se converte nun botín para as financeiras que están comprando propiedades con débedas. O que, á súa vez, crea unha analoxía cun circuíto global de fondos de investimento que en varios países do mundo hoxe están facendo grandes negocios cos desafiuzamentos e desaloxos.

Feminización da pobreza

É ademais necesario analizar como intervén a situación de endebedamento doméstico sobre a realidade desa fenda entre traballo non remunerado e traballo remunerado. A circunstancia de emerxencia pola crise acelerada pola covid-19 intensificou o endebedamento de mulleres que xa se viña observando durante os últimos anos. Segundo datos da Dirección de Economía, Igualdade e Xénero do Ministerio de Economía, 1.900.000 das receptoras da Asignación Universal por Fillo (AUH) teñen débeda coa Administración Nacional da Seguridade Social (ANSES).

Este fenómeno diversificouse e incrementouse durante a pandemia, cando as débedas “non bancarias” por alugueres e servizos de luz, auga, gas e conectividade medraron a ritmo acelerado, o cal faise aínda máis intenso nos fogares monomarentais, convertendo o endebedamento noutra maneira máis de intensificación das desigualdades de xénero.

Segundo unha enquisa mensual da organización Inquilinos Agrupados, o endebedamento por alugueres medra exponencialmente nos fogares onde hai un único ingreso ou onde viven nais solteiras con fillos e fillas.

Nos barrios populares, nos que a emerxencia sanitaria e a restrición de ingresos impactou máis forte, as débedas por conectividade -é dicir, para mercar datos para soster a educación pública a distancia- incrementáronse notablemente, absorbendo mesmo boa parte do IFE.

A situación é paradoxal no seu dramatismo: o incremento das tarefas de coidado, ademais de intensificar o traballo non remunerado que implica facerse cargo da escolaridade das crianzas dentro  dos fogares, xera máis débeda.

O traballo non recoñecido nos fogares tradúcese nunha desigualdade de ingresos que, á vez, se transforma en engrenaxe de endebedamento. É esta situación de endebedamento compulsivo e reiterado, ademais, a que produce unha relación directa co crecemento das economías ilegais como oferentes de emprego en situacións de alta vulnerabilidade.

Se algúns analistas falan do traballador actual como un “recolector de ingresos”, que xa non pode garantir a súa reprodución a través dun salario único e estable, podemos falar da “recolectora de débedas” como unha figura expresiva do afondamento do despoxo e a precarización que se adoita nomear como feminización da pobreza.

Nesta liña, é fundamental subliñar o carácter feminizado das economías precarizadas que son hoxe obxecto preferido de endebedamento. Unha lectura feminista dol problema financeiro, tal como o vimos desenvolvendo, confronta a dinámica abstracta das finanzas na súa relación coa vida cotiá, coas maneiras da violencia nos fogares e nos diversos territorios e coas modalidades actuais de explotación do traballo, remunerado e non remunerado.

Quen pagará a crise?

Esta situación non se xerou dun día para outro. Hai unha xenealogía que moi rapidamente se pode sintetizar para a nosa rexión. Se nos anos 80 o endebedamento disciplinou as transicións democráticas en América Latina, como vía de saída das ditaduras; despois, nos 90, a maneira Consenso de Washington das reformas neoliberais impuxeron novas marcas de débeda; e estes últimos anos asistimos a un forte relanzamento da penetración financeira sobre os nosos países, combinada con situacións de pobreza e despoxo de recursos cada vez máis intensivas.

Esta colonización financeira derramada en termos de débeda doméstica tomou como territorio de conquista as poboacións máis empobrecidas e precarizadas. Isto vincúlase á súa vez, en termos retroactivos, co xeito no que se conectaron os subsidios sociais coa bancarización masiva, nun proceso que leva máis dunha década na rexión.

Cando a relación de débeda se derrama cara abaixo, difúndense os efectos da débeda tomada polos Estados a modo de fervenza. É dicir, os despoxos e privatizacións aos que obriga o endebedamento estatal tradúcense como endebedamento compulsivo cara aos sectores subalternos, que pasan a acceder a bens e servizos a través da mediación da débeda. Isto ten o efecto, tanto de modificar a relación entre ingreso e débeda, como tamén entre débeda e acceso a dereitos.

E aínda máis: esta cartografía específica permite ver sobre que corpos, economías e territorios esa débeda se produce. Esta é a metodoloxía feminista que vimos despregando, que vai das finanzas aos corpos. A quen se endebeda? Como? Con que taxas de interese? Que tipo de traballo, remunerado e non remunerado, caracteriza á poboación máis endebedada? Estas foron algunhas preguntas que nos últimos anos temos desenvolto, tanto en termos de acción política como de produción de coñecemento e información.

A investigación na pandemia empeza revelando a multiplicación das débedas privadas na crise e nos traballos e territorios domésticos e comunitarios que explota e permite trazar, á vez, os dilemas políticos do momento.

Por unha banda, constátase como grande parte do IFE outorgado polo goberno nacional e os ingresos por subsidios e salarios son absorbidos polos bancos, supermercados, empresas de telecomunicación, empresas de plataformas e pagamento de débedas. E, por outra, que os xeitos da precarización laboral que vemos acelerarse expresan as disputas no interior da crise.

O capital –e as ofensivas patronais e financeiras nas que se expresa- aproveitará a situación de crise para reconfigurar as modalidades de traballo, os xeitos de consumo, os parámetros de ingreso e as relacións sexo-genéricas. Máis concretamente, podemos pensar que estamos diante dunha reestruturación das relacións de clase que toma como escena principal o ámbito da reprodución social. Isto inclúe os fogares, pero tamén os traballos reprodutivos que se fan máis alá das paredes da vivenda.

Sen dúbida, hai sectores para os que o momento actual non só non significa unha detención das súas actividades debido á corentena, senón que representa polo contrario unha oportunidade para acelerar a súa propia lóxica de ganancias, que tira proveito da inmobilidade endebedada, esa que toma corpo nunha domesticidade cada vez máis explotada e precaria.

Luci Cavallero e Verónica Gago, Investigadoras GIIF-UBA-Conicet (Arxentina)

Boletín 74: Activistas pola vida